Hay muchas enfermedades que se han logrado erradicar con el tiempo, sin embargo, una condición que parece no encajar en su norma es el Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH). La propagación del VIH es una pesadilla de cohesión que ha cubierto el mundo desde la década de 1920.
Todo empezó en Kinshasa, la capital de la República Democrática del Congo. Sin embargo, en la década de 1920, fue más conocida como la colonia belga de Leopoldville.
Fue un lugar de alto perfil para que los jóvenes pasaran una temporada esperando hacer una fortuna, ya que fue la capital del Congo Belga. Por lo tanto, con ellos llegaron los ferrocarriles y los profesionales del sexo. Dos formas de transporte que se extienden rápidamente. Con una floreciente ciudad, el VIH encontró muchas oportunidades para crecer en la pandemia que es hoy.
La ironía de todo esto es que el VIH-1 grupo M, el tipo de VIH que se originó en la colonia, es responsable de aproximadamente el 90% de todas las infecciones, mientras que el VIH-1 grupo O, otro tipo de VIH se origina en las inmediaciones todavía está confinado en silencio a África Occidental.
“Factores ecológicos y no evolutivos condujeron a una rápida propagación” aseguró Nuno Faria en la Universidad de Oxford en el Reino Unido, en una entrevista con la BBC.
Faria y sus colegas fueron capaces de hacer esta determinación después de construir un árbol familiar sobre el VIH examinado una serie de genomas del VIH recogido de alrededor de 800 personas infectadas en África central. En particular, mediante la comparación de dos secuencias del genoma y contando las diferencias en ellos, el equipo fue capaz de averiguar cuándo los dos últimos compartieron un ancestro común.
En última instancia, Faria determinó que todas las personas con VIH comparten un ancestro común … que existe hace más de 100 años. A tal efecto, afirman que todo comenzó probablemente alrededor de 1920.
Y con esta información, fueron capaces de colocar el virus a una ciudad de origen específica, Kinshasa, que ahora es la capital de la República Democrática del Congo.
Los ensayos genéticos que nos ayudaron a localizar el origen de la enfermedad todavía están en marcha para ayudar a identificar los puntos de intervención de salud pública que pueden ayudar a reducir la propagación de la infección. Porque, aunque podemos saber de dónde viene, a todos nos gustaría saber dónde va a terminar.