París, 22 jun (PL) Las críticas llueven hoy en Francia tras conocerse que la prefectura de policía de París anunció la prohibición de una manifestación contra un controvertido plan laboral del gobierno, convocada para mañana en esta capital.
Los choques verbales comenzaron desde principios de esta semana cuando la prefectura propuso una concentración estática en lugar del desfile planeado por siete sindicatos, el cual estuvo precedido por una marcha nacional el 14 de junio en esta urbe durante la que ocurrieron violentos enfrentamientos.
Tomamos la precaución de hacer un recorrido corto -desde la plaza de la Bastilla hasta la de Nación- que permita garantizar la mayor seguridad posible, declararon a medios de prensa dirigentes sindicales.
Sin embargo, este miércoles mediante un comunicado la prefectura intentó justificar la prohibición del mencionado itinerario para el desfile y de otros recorridos propuestos por las organizaciones convocantes después de que el Ejecutivo advirtió que se planteaba impedirlo arguyendo razones de seguridad.
El gobierno había insistido en la concentración estática al considerar que no hubieran hecho falta tantos efectivos policiales, una propuesta rechazada por las centrales sindicales ya que opinan que no supone un riesgo inferior de incidentes violentos y porque piensan que el derecho de manifestación es básico en democracia.
Varias voces se levantaron para denunciar la decisión. Gabriel Gaudy, de Fuerza Obrera (FO), indicó que mantienen su llamamiento al desfile y que iban a «asumir sus responsabilidades».
«Desde 1958 no se ha prohibido ninguna manifestación de un sindicato (…) Si fuera el caso, la Francia de hoy se uniría a algunos países que no se pueden considerar democráticos», declaró a la radio RMC Jean-Claude Mailly, secretario general de FO, antes de la prohibición.
El Partido Comunista Francés, los ecologistas y el Partido de Izquierda llamaron a no respetar la instrucción de la prefectura de policía, al tiempo que acusaron al gobierno de deriva autoritaria.
Incluso en las filas del gubernamental Partido Socialista, se generaron críticas.
«Considero, y soy cauto en mis palabras, que es un error histórico», expresó el diputado socialista Christian Paul.
Los jóvenes que pertenecen a esa formación política reafirmaron su «compromiso con los derechos y libertades inherentes a la democracia, incluido el derecho de organizar su expresión y su protesta en una manifestación».
Desde la semana pasada, acechaba la posibilidad de una prohibición después de que el presidente galo, François Hollande, amenazó con adoptar esa medida.
En un momento en el que el país alberga la Eurocopa (de fútbol) y cuando se enfrenta al terrorismo, no podrá haber más autorizaciones de manifestaciones si no se garantiza la preservación de los bienes, de las personas y de los bienes públicos, señaló Hollande.
Mañana están previstas marchas en otras ciudades de Francia con el fin de seguir exigiendo la retirada definitiva de un plan laboral que, a juicio de sus detractores, beneficia al empresariado y perjudica los derechos de los trabajadores.