Hace algunas semanas atrás en una reunión de amistades en donde la mayor parte de ellos son matrimonios y con hijos, no falta el tema al respecto de ellos, es decir, esos pequeños polluelos que conformen van creciendo nos dan dolores de cabeza, pero evidentemente tan solo es una expresión porque se les quiere y damos todo por ellos.
También no hay que olvidar que alguna vez también fuimos niños y pubertos pasando todos por aquella etapa en donde nos sentimos invencibles, no comprendemos la intolerancia de nuestros padres, cuando en realidad tan solo nos están guiando; en fin, pláticas que cualquier matrimonio normal puede tener.
Dentro de esa convivencia se acercó un matrimonio en donde la amistad con ellos la tengo desde antes de contraer matrimonio y con esa misma confianza me planteó la situación de uno de sus hijos en donde había presentado el examen de admisión para entrar a una licenciatura en la Universidad Autónoma de Coahuila, pero lamentablemente había quedado fuera de puntaje por solo una persona que estaba por encima de su hijo.
Con mucha atención continué escuchando la conversación y mientras seguía atento a la plática, me cruzó por la mente lo que me platearían para pedirme como favor, sin embargo, no me adelanté al comentario y siguieron platicándome que en un centro comercial se encontraron una amistad de ellos quien trabaja en el área administrativa y quien les dijo que no se preocupara porque por su cuenta aseguraba que su hijo entraría a la UA de C, aunque no estuviera en esa lista de admisión.
Este matrimonio me relata la historia que pasaron los días y angustiados porque su hijo seguía en el mismo lugar, es decir, fuera de la lista de admisión en donde por un punto no alcanzó ingresar a la mayor casa universitaria de Coahuila y terminan con el desenlace de la historia pidiéndome el favor si podía hacer algo al respecto para meter a su hijo en la UA de C.
Sin ser adivino ya sabía que ese era el favor que me pedirían a la que a les respondí que no podía hacer tal cosa en primero por mis principios y la segunda que tengo una hija a la que no me gustaría que alguien le quitara su lugar por un favor de “fulano de tal” y otro argumento que también es cierto es que la transparencia de la UA de C, se ha manejado de manera impecable, igual como el sistema implementado para los nuevos aspirantes a ingresar para la universidad, es decir, no existen los favorcitos o recomendaditos ya que todo se transparenta por medio de internet donde se exhiben los resultados por el portal oficial de la UA de C, de los puntos que cada estudiante saco durante el examen de admisión haciendo esto imposible de que alguien pudiera ocupar el lugar del otro sin darse cuenta, en otras palabras, simplemente todo esta sistematizado haciéndolo imposible.
Los recursos públicos recibidos en la universidad se manejan de manera pulcra tanto en su recibimiento como en el uso de los mismos.
El rector de la UA de C, Blas José Flores Dávila, siempre ha enfatizado que los dineros de la institución se han administrados totalmente transparentes para que todo mundo tenga la posibilidad de saber en qué se están usando los recursos de los coahuilenses e incluyendo los de México.
Es natural la tranquilidad con la que el rector puede asegurar tal cosa ya que lo que no sabe mucha gente es que la mayor parte de los dineros que recibe la UA de C, ya están etiquetados, esto quiere decir que ya vienen para un fin y no pueden ser distraídos de su destino.
A manera de ejemplo, si un dinero está destinado para un programa de inglés para el Centro de Idiomas sería violatorio pretender usarlo para otra cosa y eso se reflejaría al momento de hacer el balance.
De la misma manera sucedería en el caso de que llegara dinero para la construcción de alguna escuela, facultad o extensión primeramente la UA de C, tiene que justificar el uso de dicho recurso para construirlo y no se puede utilizar en otra cosa diferente a la que fue etiquetado.
Tanto los recursos federales como estatales ya vienen consignados a un fin, es decir, asignados con algún propósito haciendo más clara y transparente las cuentas en bien del buen manejo de los recursos públicos que recibe. Se sabe de dónde provienen, el origen y su destino final.
Dándole cumplimiento no solamente a la normativa de transparencia en repetidas ocasiones en ruedas de prensa el rector, Blas José Flores Dávila, ha manifestado que la rendición de cuentas va más allá de lo mínimo que solicita la exigencia legal.
Y todavía haciendo alarde de esa transparencia con esa seguridad la UA de C, ha firmado un convenio con el Instituto Coahuilense de Acceso a la Información (ICAI), para incentivar la cultura de la transparencia y poderle dar acceso a quien lo solicite como parte obligatoria moral y ética a la rendición de cuentas a la sociedad.
Pero para Blas José Flores Dávila, la verdadera rendición de cuentas ante la sociedad es el entregar un recién egresado a la sociedad con la capacitación y competitividad profesional para ejercer laboralmente y comprometido a la comunidad.