Por Salvador Perches Galván
(N22) Mucho ruido y pocas nueces es una película británica de 1993, protagonizada, producida, adaptada y dirigida por Kenneth Branagh. Basada en la comedia homónima de William Shakespeare se centra en el amor y el daño que los malentendidos o la traición pueden causar.
Esta comedia en cinco actos, en verso y prosa, fue escrita en 1598 y por vez primera se monta en escenarios teatrales capitalinos, como examen de tercer grado de la Escuela Nacional de Arte Teatral.
“Esto es lo que se llama prácticas escénicas, que en realidad por tradición en la ENAT termina siendo un montaje en estilo, es decir, se toma algún autor clásico y se somete a los chicos a poner en práctica lo aprendido en segundo año, con un estilo asignado, que en este caso es el isabelino, pero puede ser el siglo de oro, el clásico francés, o el teatro del absurdo”, comentó el director y adaptador, Carlos Corona.
Este ciclo es importante porque representa el tránsito de la academia a la vida profesional y enriquece a los estudiantes. Otro de los orgullos de la escuela, la más antigua de teatro en nuestro país, es mantener el trabajo del verso, México es el único país que mantiene en su programa académico la actuación en verso.
“Lo importante es encontrar un autor clásico donde los actores encajen en el casting que nunca es fácil, siempre termino haciéndole un poquito de adaptación, suelo tomar textos, tal vez de otras obras del mismo autor, y ponerlos para ciertos personajes y que todos los alumnos tengan un poquito de desarrollo en personaje”, añadió Corona.
En los últimos años ha habido un crecimiento importante en la carrera de escenografía y de iluminación y los estudiantes están cada vez más involucrados con el montaje, en esta ocasión, Cristina Sauza asesoró al grupo en vestuario y Arturo Nava en escenografía e iluminación.
La obra se presentará, de jueves a domingo en el Teatro Jiménez Rueda, muy cerca del Monumento de la Revolución.