Por: Rosario Vercelli Scharff
Manos inquietas persiguen sueños,
desvaríos que viven en la colina
y ralentizan el rumbo en la cueva sinuosa.
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Se cuelan en espirales y enredaderas
que suben y caen como seductoras
ondas telúricas.
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Negras y rojizas puntas suspendidas
en la quebrada que desciende
hasta volverse pendiente.
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Dulce paroxismo eleva las plumas
que flotan y se lucen en el rayo de luz
oblicuo, que muere en el cálido suelo.
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Ilustración: Enys Guerrero.