Bucarelí, Iturbide, Reforma, Balderas y Morelos forman un cuadrante eminente cuna del periodismo. En esas calles han caminado los escribanos de la vieja guardia y ahora las nuevas generaciones de informadores entran y salen del Excélsior, El universal, Milenio y un buen número de plataformas mediáticas digitales la cuales en estos lares han asentado sus reales.
Y no se puede hablar de una zona de la ciudad plagada de diletantes de la letra y la noticia, sin mencionar la gran cantidad de expendios de periódicos y revistas, aún persisten estas accesorias como surtidores milenarios. Y al lado, en la esquina, en la otra cuadra o simplemente enfrentito se erigen señoriales e indispensables las cantinas y bares.
Cantinas legendarias donde abrevaron Renato Leduc, Pedro Ocampo, Pepe Alvarado, Alberto Domingo, Julio Scherer, Miguel Ángel Granados Chapa, Foylán López Narváez, Chava Chavita, Jopsé Beutelspacher, Antonio Arias Bernal y Vicente Ortega Colunga entre otros.
Hago el recuento de estos periodistas fundadores, porque ahora cuando me aposento en una mesa de LAS AMÉRICAS los recuerdos fluyen y el pasado y presente inmediato nos instala en un lugar totalmente epopéyico. Es decir en esta cantina-bar hay mucha tela, anécdotas y muy buena botana de donde cortar.
Hace seis años que regresé a LAS AMÉRICAS y hasta la fecha me siento parte de un ambiente digno para alimentar mi vida cotidiana; amigos pintores, músicos, escritores, periodistas, maestros, alumnos y sobre todo alumnas de las escuelas de la periferia, abogados, funcionarios, burócratas, oficinistas, contadores, vecinos, los parroquianos son variados y abundantes.
Felipe Posadas siempre con una bohemia en la mesa (me refiero a la cerveza), Alfredo seleccionando rock en la sinfonola, Ernestillo en una mesa escribiendo la nota, Alejandro de la Garza platicando de reseñas literarias con su acompañante, un viejo trabajador del Universal quien urge sus historia con el primero a diestra o siniestra.
LAS AMÉRICAS es la cantina ideal para pasar una buena tarde y disfrutar una botana inigualable, con tres copas o cuatro cervezas el comensal tiene derecho a pedir los ocho tiempos preparados a diario y así iluminan las mesas y los estómagos: sopas variadas, crema de queso, de chayote, sopa de tortilla, de verduras, de pasta…segundo tiempo arroz, spaghetti, ensalada, tacos, sopes, quesadillas y los imponderables guisados, solomillo, carne asada, entomatado, pollo en salsa verde o roja, ceviches, coctel de camarón y ostión, filete de pescado, mojarra y para pedir a la carta la suculenta arrachera.
La plática, los tragos, el ambiente apuntalado por Mauricio Show y su extenso repertorio de géneros y canciones. En la esquina de Iturbide y Artículo 123 LAS AMÉRICAS continua la tradición, la leyenda y el buen servir: Lalo (Eduardo) Morales, su esposa Emma y el junior Ángel Eduardo (Lalito) siempre al pie de esa barra de gran prosapia, en la cual todo buen bebedor se siente como en su casa y hasta mejor, Ricardo, meseros y meseras siempre atentos y con la mejor atención al cliente.
Tardes de ciudad y camaradería, entre semana el continuo movimiento y el trajinar de la labor diaria. El remanso para regresar con más enjundia a la oficina, las líneas exactas del editorial, las primeras redacciones del reportaje o sencillamente la plática eufórica y llena de chasquarrilllos.
Los fines de semana ( se abre el domingo), el ambiente es más tranquilo y relajado, perfecto para acudir con la familia, ver los partidos de fut o americano en temporada, guarecerse del calor o la lluvia y ver pasar el tiempo respirando acompasadamente.
LAS AMÉRICAS es el sitio ideal en el lugar ideal, y usted puede comprobarlo.