Washington, 19 jul (PL) El presidente Barack Obama intentó hoy calmar la violencia que utilizan algunos para dividir a los policías y a las comunidades, según una carta publicada en Facebook en la cual aborda el brote de violencia racial en Estados Unidos.
El mandatario manifestó su oposición a esas tentativas, según dijo, «porque no reflejan la realidad de nuestra nación».
Pese al ambiente imperante en el país, matizado por enfrentamientos y asesinatos de afrodescendientes y policías, el presidente manifestó su apoyo a los uniformados y reconoció el peligro al que se hallan expuestos.
En su misiva, Obama rechazó la idea de que el país volvió a los tiempos de las revueltas sociales de los años 60 del siglo pasado.
Sin embargo, un sondeo de Monmouth University reflejó que en Estados Unidos empeoran las relaciones raciales y casi nueve de cada 10 votantes estadounidenses ahora ven la discriminación racial como un problema.
Ejecutada después de los disparos fatales de la policía contra hombres negros en Louisiana y Minnesota y la muerte de cinco uniformados en Dallas, la pesquisa mostró que el 87 por ciento de los votantes a nivel nacional consideran que la discriminación racial y étnica es un problema en Estados Unidos y más del 68 por ciento lo consideran un gran problema.
En enero de 2015, el 81 por ciento consideró la discriminación racial y étnica como un problema, pero sólo el 51 por ciento dijo que era un gran problema.
Mientras tanto en comunidades como Baton Rouge (Louisiana), la comunidad negra siente que aun impera la discriminación aunque los blancos estiman que eso es un mal superado pese que la ciudad está dividida entre el sur blanco y el norte negro.
Testimonios confirman que en el sur hay calles limpias, parques y jardines cuidados, edificios modernos y hospitales lujosos, mientras que en el norte los barrios negros muestran condiciones de pobreza.
A esto se une la gran diferencia existente entre negros y blancos, y por ejemplo, el índice de desempleo en ese estado del sur es el doble para los negros que para los blancos (10 por ciento contra 5,2 por ciento en 2015), según The Economic Policy Institute, algo que sucede en casi todos los estados del país.