· Una mascarada morenista hacer creer que “no desean” ver fracasar al Doctor Mancera, como Jefe de Gobierno de la Ciudad de México
Por: Blas A. Buendía
Sin duda alguna que los personajes que se empotran en el llamado remedo “partido político” Morena (Movimiento de Regeneración Nacional), sigue siendo el hazmerreír del momento.
Coherencias e incoherencias, esa es su virtud, de andarle jugando al peligro todos los días, y lo peor del caso, es que muchos seguidores del partido que le dio vida el conocido Doctor Frankenstein López Obrador, no es más que nada un desenfreno de mal gusto.
Llamó mucho la atención en conocer que los morenistas ya respingaron después de varias semanas, a la ola de andanadas y severas críticas fundamentadas que externara el líder del perredismo de la Ciudad de México, Raúl Flores García, quien atinadamente ha puesto su dedo flamígero en el lugar más indicado para desprestigiarlos, sobre todo, a su dueño Andrés Manuel López Obrador.
Y eso de creer el rechazo de Morena que pretenda hacer fracasar a Miguel Ángel Mancera Espinosa, Jefe de Gobierno de la Ciudad de México, está por verse.
Es decir, solo a un loco se le ocurre decir semejante cosa… pruebas contundentes del pasado reciente, existen. Su ambigüedad es tan gigantescamente desastrosa, que sólo ellos, los morenistas, construyen también sus castillos en el aire.
A como dé lugar, los morenistas ya no saben a qué tantas medidas pudieran recurrir para quitarse el estigma de cadeneros callejeros, incluso califican de “falso” y “mentiroso” los señalamientos del presidente del PRD local.
Sin embargo, procuran vender la idea a la sociedad que el tal o la tal Morena “cumple con el mandato popular”, y todavía como auténticos rijosos, le echan más gasolina a la lumbre al advertir con doble lenguaje: “No solaparemos esa otra visión de Ciudad neoliberal, de nicho de negocios, transa y represora”.
No obstante de ello, el Grupo Parlamentario de Morena niega de manera enfática los señalamientos del presidente del PRD local, al sentenciar que Morena busca el fracaso de las políticas de su partido en la Ciudad de México, es decir, que nuestro partido pretenda hacer fracasar a la administración de Miguel Ángel Mancera, que es a quien verdaderamente defiende el también legislador.
Según él, “los casos del Cetram Zapata, del Cetram Pantitlán, que son asociaciones público-privadas, por eso esta parte de tener dos raseros y hacer interesadamente discusiones a modo, tienen que ver con el afán de Morena de que se fracase en la ciudad”.
Asimismo, le aclaramos que en lo tocante al Cetram Zapata, nunca se comprometió el espacio patrimonial ni se auspició un acto de usura contra la Ciudad.
Al respecto, es pertinente subrayar que el Grupo Parlamentario de Morena sólo cumple con lo que le mandata la Ley Orgánica de la Asamblea Legislativa del DF, la cual, en su artículo 18, fracción VII señala que es prerrogativa de los legisladores “representar los intereses ciudadanos y promover y gestionar la solución de los problemas y necesidades colectivas ante las autoridades competentes”.
Y justifica: “En modo alguno pretendemos afectar al Gobierno capitalino, pero tampoco dejaremos, en modo alguno, de respaldar las legítimas demandas ciudadanas. El presidente del PRD debería recordar que han sido los ciudadanos quienes se han manifestado en contra del Reglamento de Tránsito, de la Rueda de la Fortuna y el Cetram Chapultepec. No se trata de discusiones interesadas, sino de darle voz a los ciudadanos y respaldarlos en la defensa de sus derechos”.
En su perorata escrita y dirigida a los medios, contra ataca: “Nuestros críticos deberían entender que el pueblo los eligió no para hacer negocios, sino para resolver con honestidad, austeridad y dentro de la legalidad las legítimas demandas ciudadanas. En contraste con otros grupos parlamentarios, que le han dado la espalda a la gente, los diputados de Morena nos asumimos como representantes populares y, por tanto, nos debemos a los ciudadanos, no al Gobierno. Nosotros no obedecemos consignas de ningún gobernante”.
En este contexto, es de resaltar que los morenistas no tiene calidad moral de andar presumiendo que solo ellos “mastican tuercas”, olvidan con sentido peyorativo que Andrés Manuel López Obrador jamás –hasta hoy en día-, ha justificado la serie de cochupos que entabló con la iniciativa privada para la construcción de los segundos pisos.
Tampoco ha aclarado a la sociedad de qué realmente ha vivido en sus más de 40 años como político rebelde del sistema gubernamental mexicano, que solo por recordar, cuando atentó contra el patrimonio nacional en sus paros locos a los pozos petroleros del estado de Tabasco, le tomó la medida a los gobiernos federales enclenques pasándole la factura por gastos de “desgaste físico”.
Para aquel entonces, como regente de la ciudad, el desaparecido Manuel Camacho Solís, acudía a sus citas nocturnales para entregarle las maletas atiborradas de dinero sucio para que el tabasqueño fuera lo menos agresivo con el Gobierno, pero nunca entendió; López Obrador, se moría de la risa por chantajear a las autoridades federales con sus llamados éxodos por la democracia.
De esos pequeños detalles, a los traidores del PRD se les olvida el origen corruptible del Doctor Frankenstein, disimulan que los ahora morenistas son la panacea o salvadores de este México sufrido.
Si bien pareciera que este tipo de discusiones pudieran pertenecer a supuestos interdictos metidos en la explotación del quehacer político mexicano, in$i$te Morena que cumple con el mandato popular y apoya a quienes defienden a esta ciudad.
“Ciudad de derechos, de libertades, solidaria y democrática. No solaparemos esa otra visión de ciudad neoliberal, de nicho de negocios, transa y represora”, estableció a manera de una abierta amenaza denominado “fuego amigo”.
Y como dirían con suma admiración en los pueblos: “¡Mira nada más… el burro hablando de orejas…!