Por Héctor Miranda, enviado especial
Río de Janeiro, 7 ago (PL) Me molesta aún la muñeca, pero ya estoy en segunda ronda, aseguró hoy el tenista español Rafael Nadal tras vencer al argentino Federico Delbonis en su estreno en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro.
Mientras transpiraba profusamente, el abanderado de España y tal vez el mejor deportista de la historia de aquel país, se mostró satisfecho ante la prensa por la forma en la cual consiguió deshacerse de su rival y seguir su camino en la lid olímpica del llamado deporte blanco.
Sentí molestias, pero avancé y estoy mejor, comentó en tanto se tocaba sin darse cuenta la muñeca de su mano izquierda, la misma que lo obligó a abandonar la temporada a mitad del Roland Garros, el torneo que más fácil se le ha dado en su carrera y el que lo convirtió en una leyenda del tenis.
Por culpa de la muñeca desistió de viajar a Londres para el tercer Gran Slam del año y se perdió otros torneos menores, aunque su regreso con victoria por 6-2 y 6-1 frente a Delbonis le devuelve la esperanza y la ilusión a sus seguidores.
Considerado desde hace tiempo como uno de los grandes tenistas de la historia y el mejor por mucho sobre tierra batida, Nadal va en busca de su segundo título olímpico.
Antes ganó en Beijing 2008 y para lograrlo en Río tendrá que vencer sus ya casi habituales problemas físicos y a otros grandes jugadores, entre ellos el británico Andy Murray y el serbio Novak Djokovic, los dos primeros cabezas de serie y grandes favoritos.
Algo dejó claro, sin embargo: la decisión de pelear siempre hasta el final, cada punto, cada partido, sin entregarse nunca.
Esa determinación lo llevó una vez al trono olímpico, pero, como siempre, no está conforme y quiere más, solo que Delbonis tal vez no sea el mejor medidor para saber si tiene opciones de ser campeón o es solo un paso más.
De cualquier manera, sigue en su lucha contra los rivales, contra su muñeca y otros demonios.