- El caso ha llegado a la CIDH
Que vayan al médico psiquiatra fue la más reciente recomendación que la Secretaría de Salud de Sonora hizo a Dulce María Fimbres y a su esposo Jesús Ríos León, después de años de pugnar por atención especializada y sendos resultados clínicos que indican que tienen afectaciones por radiación en su organismo.
A partir de los seis microgramos de arsénico, hay peligro para la salud si éste se encuentra en el organismo humano. “Yo traigo 192 micro gramos de arsénico en el cuerpo”, asegura Jesús Ríos, pero como respuesta, las autoridades de salud les han referido al servicio psiquiátrico para que ahí sean tratados de sus diversos padecimientos.
Las afectaciones a la salud de esta familia son causadas por vivir cerca del basurero de residuos tóxicos Cytrar, ubicado en la ciudad de Hermosillo, un confinamiento del que, desde 2008 se advirtió que representaba un riesgo ambiental y para la salud, incluso porque ha causado cáncer de seno y cérvico uterino a las mujeres.
Las autoridades sanitarias siempre han tratado de evadir el problema, no les han querido dar tratamiento ni a ellos ni a sus dos hijas y un hijo, denuncian, mientras continúan en plantón, ahora instalado frente a las puertas de Palacio de Gobierno, en espera de ser vistos o escuchados por la gobernadora Claudia Pavlovich.
OÍDOS SORDOS
La familia Ríos Fimbres tiene varios años peregrinando por atención de los servicios de salud en Sonora, en la Ciudad de México, incluso en Estados Unidos.
La cadena de corrupción y el pacto de silencio que existe entre autoridades y otras instituciones ha hecho que su demanda siga como al principio, pues a pesar de que han invertido en practicarse análisis en forma particular, no han logrado su propósito, ya que lo que obtienen como respuesta es el silencio y la indiferencia en cada instancia a la que han recurrido.
En total, a los integrantes de la familia les han detectado 24 metales, más los isótopos, que hacen 34 en total, todo por arriba de lo permitido, para considerar inocua la presencia de esos contaminantes, explica Ríos León.
“NO NECESITAMOS PSIQUIATRA”
Dulce Fimbres narra en entrevista con Cimacnoticias que las mismas personas que les han dado seguimiento en esta administración les llamaron. Esperaban tener respuesta a la solicitud que hicieron el 16 de febrero pasado, para que les apoyaran con un especialista del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), con sede en Cuernavaca, Morelos.
Sin embargo, para su sorpresa en lugar de la información esperada, la persona que llamó, quien dijo ser del área de comunicación social, informó que la Secretaría de Salud les solicitaba que fueran al psiquiatra, para que con esto pudieran terminar la integración de “un cuadernillo”, sin explicarles en qué consiste.
La madre de familia, quien ha sido intervenida quirúrgicamente por tumores, opina que no le parece que después de años de luchar por una atención especializada a la que tienen derecho, ahora estén desviando la atención hacia un servicio que no se les está requiriendo. “No necesitamos un psiquiatra, sino un especialista que atienda lo que realmente padecemos”, dice indignada.
Dulce y Jesús hicieron plantones frente a la casa de Gobierno, donde vivía el entonces gobernador Guillermo Padrés, también los hicieron en la casa de la actual gobernadora Claudia Pavlovich, quien reside en su vivienda familiar, y ahora se plantan frente al Palacio de Gobierno, donde denuncian la falta de atención.
A la par de su plantón, la pareja realiza la gestión para llevar su caso ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), organismo internacional que ya recibió los documentos, unas mil 200 páginas, y la queja de la familia Ríos Fimbres.
Explica Dulce: “agotamos todas las instancias federales, estatales y municipales, por lo que acudimos ya a las instancias internacionales y nuestro caso está siendo revisado por los abogados de la CIDH, según acuse de 29 de junio de 2016, por lo que estamos en espera de que sea admitido para su análisis y esperamos a futuro una recomendación por nuestro caso al Estado mexicano”.
MALES SIN ATENCIÓN
Tumores en los senos nasales, neuropatía en varios integrantes de la familia que cada día se agrava más y espindolitis esquilosante, son algunos de los padecimientos identificados. “Tu cuerpo se va quedando rígido. Mi hijo ya tiene parte de su columna soldada, tiene que tomar medicamento de por vida, porque esa enfermedad ya no tiene remedio”, explica angustiada.
Los cinco tenemos neuropatía periférica y tampoco se nos ha dado la atención que necesitamos, agrega. De acuerdo con el diagnóstico que tienen, y que tuvieron que realizarlo con médicos particulares, los especialistas que requieren hasta, ahora son: cardiólogo, neumólogo, reumatólogo, neurólogo y endocrinólogo. Nada dice el diagnóstico de que necesiten psiquiatra.
Sus hijas Dalia María y Dulce María, su hijo Jesús Gerardo, y ellos mismos, requieren un especialista en radiación y contaminación para que verifique la contaminación de la casa, para saber qué tratamiento específico es el que deben de llevar, añade Jesús Ríos.
Ambos lamentaron que la Secretaría de Salud los intente engañar diciendo que están haciendo lo posible para apoyarlos, pues en un boletín de prensa la SS informó que desde febrero de 2016, solicitaron al INSP su apoyo para gestionar la valoración del caso, pero que la respuesta de julio del mismo año “continúa en suspenso” por parte de la institución.
En la misma comunicación, la SS expone que hasta el momento no existe evidencia en el expediente familiar que confirme la existencia de intoxicación por radiación o por metales pesados en alguno de los miembros de la familia.
Sin embargo, ante el seguimiento que hiciera la familia Ríos Fimbres a la supuesta solicitud al INSP, éste les respondió el 14 de junio de 2016 que, a esa fecha no habían recibido ningún tipo de petición de parte de la Secretaría de Salud de Sonora. Por ello, lo único que ahora hay en firme es la recomendación de que vayan al psiquiatra.
Fuente: Cimacnoticias