«El asesino obediente», un relato histórico que se convirtió en novela

Me tomó mucho tiempo entender, fue gracias a un señalamiento de mi editor. Para el lector de este libro la tragedia de Ramón es mayor y más fuerte que la de Trotsky

Por Huemanzin Rodríguez

Cada persona puede llegar a ser héroe de sus historias y al mismo tiempo villano en las de otros, pero si alguien se ha visto casi neutralizado en ese punto de tensión es el comunista catalán Ramón Mercader, que en 1940 asesinó a León Trotsky en su casa de Coyoacán. Son las contradicciones en la vida de este personaje que inspiraron a John P. Davidson a escribir la novela El asesino obediente.

“Algunas personas creen que él era alguien sombrío y vacío. Pero otras personas lo ven como un héroe”, comentó el escritor John P. Davidson.

En un principio el libro no iba a ser una novela. Durante casi 10 años, Davidson buscó información en diferentes fuentes, cada una vinculada a Mercader e importantes personalidades en su tiempo. Lo mismo aparecen entre Europa y América, Breton, Duchamp, Diego y Frida, así como los líderes de la Cuarta Internacional en París o los espías soviéticos en el orbe. Cuando el editor de Davidson leyó el resultado le dijo: «mucho de lo que escribes parece ficción, ¿por qué no le das el tratamiento de novela?».

“México en ese tiempo era una de las ciudades más bellas en el mundo, fue un momento muy vibrante. Aquí llegaron los españoles que venían de la Guerra Civil, vinieron judíos y artistas. La Ciudad de México es la ciudad surrealista. Fue excitante ese tiempo, un gran período en muchos sentidos y, por otro lado, México estaba lleno de espías en esa época”.

La novela se lee como un thriller, casi en un ritmo cercano al de miniserie televisiva. Aunque Ramón Mercader con sus alias y su novia Sylvia Ageloff  son los protagonistas, también lo son las ciudades, pueblos, las calles y hoteles, restaurantes que son descritos con precisión.

De la misma manera, la comida y el vino forman parte de la narrativa como si fuera a través de los sabores que el lector puede acercarse a la máscara de Jacques Mornard, el falso hijo de un aristócrata belga, identidad que termina por envolver a Mercader.

“Me tomó mucho tiempo entender, fue gracias a un señalamiento de mi editor. Para el lector de este libro la tragedia de Ramón es mayor y más fuerte que la de Trotsky”.

En la novela, Mercader es un héroe trágico, se pierde a sí mismo para poder cumplir su misión, no sólo perdió su identidad y sus vínculos, pierde en vida absolutamente todo, para cumplir su misión debía ser fiel a ideales falsos. Es a la vez, héroe y víctima de la propaganda.

“Ramón creía en la propaganda. Ahora mismo en el mundo, particularmente en Estados Unidos hay mucha propaganda. La gente se siente totalmente cómoda descansando en su vida política, Trump es un gran ejemplo de ello. Se debe tener mucho cuidado en qué es lo que crees. No puedes creer en lo que oyes”.

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