Por Huemanzin Rodríguez
(N22) En los últimos momentos de los Juegos Olímpicos en Río de Janeiro, editorial Akal publica la versión en español del libro Maximus Circus. El negocio económico detrás de la organización de los Juegos Olímpicos y el Mundial de Fútbol, del economista Adrew Zimbalist.
Si bien el espíritu del deporte como una esperanza para unir las culturas del mundo ha sido parte de la cultura contemporánea, también es cierto que más allá de los atletas y sus logros por alcanzar la inmortalidad, en este mundo todo se mueve con el poder del dinero.
“Con el fin de ser simplemente sede de los Juegos Olímpicos, frente a otras ciudades de todo el mundo, en estos días el costo es de más o menos 7 mil 500 millones de dólares. Pero si la ciudad ha sido seleccionada por el COI para albergar los juegos de verano, como lo ha sido Río en 2009, asume obligaciones frente al Comité Olímpico Internacional lo que significa requerir aproximadamente 34 estadios nuevos, una villa olímpica para hospedar, comentó Andrwe Zimbalist», profesor de Economía en el Smith College.
En promedio, para que una ciudad tenga Juegos Olímpicos debería invertir cuando menos 20 millones de dólares, que no se reflejan en las ganancias. En el caso de Río, Zuimbalist considera que es de los peores impactos que puede dejar los Juegos Olímpicos más allá de la debacle de la economía griega tras su turno olímpico, pues en Brasil los especialistas consideran que está por entrar en la peor recesión en 80 o 90 años.
“Pienso que es muy destructivo para la economía, es severamente destructivo para la situación fiscal que vive Río, lo es también de manera directa al Gobierno Federal. También ha sido destructivo para la estabilidad política. La imagen de corrupción que siempre ha existido entre los contratistas brasileños, entre el gobierno y el desarrollo inmueble, siempre ha existido eso, ahora ha tenido mucho más posibilidades para que corrupción esté fuera de control”.
Pero esto no es una novedad, fue en México 68 donde comenzó un grave período para los Juegos Olímpicos, a grado tal que no había ciudades que presentaran convocatoria, pues tras la tragedia de Munich 72 y el déficit de Montreal 76 los olímpicos estuvieron a punto de desaparecer.
En Los Ángeles 84 cambió la forma de hacer la economía a través de marcas, patrocinadores y cadenas turísticas, colocando topes que no son reales para todos, sin contar que el Comité Olímpico internacional (COI), es un monopolio global no regulado.
Andrew Zimbalist es un gran conocedor del tema, desde 1990 ha trabajado con sumo cuidado la economía del deporte, en Circus Maximus nos lleva hasta la política y la cultura, donde ha impactado hospedar o no un mega evento deportivo.