Ankara, 24 ago (PL) El vicepresidente estadounidense, Joe Biden, rechazó hoy en esta capital conjeturas sobre la complicidad de su país en el fallido golpe de estado de mediados de julio y reiteró el «apoyo inquebrantable» de Washington a Turquía.
Biden, quien busca con su visita recomponer las tensas relaciones bilaterales, prometió que su gobierno cooperará en la satisfacción de una demanda turca para extraditar a este país al clérigo opositor Fethulá Gulen, exilado en Estados Unidos, al cual Ankara responsabiliza de la frustrada asonada del 15 de julio.
Sin embargo, enfatizó el Vicepresidente durante un discurso ante parlamentarios, la aprobación de esa extradición está en manos de los tribunales estadounidenses, que decidirán si la misma procede sobre la base de los acuerdos suscritos por ambos países.
En la madrugada de este miércoles, pocas horas antes del arribo de Biden, tropas turcas se internaron en territorio sirio con el alegado propósito de combatir no solo al grupo terrorista Estado Islámico (EI) sino además contra milicias kurdas del Partido de la Unión Democrática (PYD), que son apoyadas por Washington.
La operación turca en Siria contra las denominadas Unidades kurdas de Protección Popular (YPG), brazo armados del PYD, significa, según diversos analistas, un franco desafío a los norteamericanos, quienes consideran a esas agrupaciones como fuerzas aliada en la lucha contra el EI.
Biden, tras reunirse con el primer ministro Binali Yildirim expresó que «Turquía no tiene un mejor amigo que los Estados Unidos», a pesar de las críticas de las autoridades de este país por la pasividad y falta de apoyo mostrado por los norteamericanos tras la intentona golpista, a la que no rechazaron de inmediato.
Enfatizó el funcionario en un intento por despejar las dudas latentes que «en contra de cualquier especulación, que he oído, sobre si Estados Unidos tuvo advertencias de antemano o complicidad», en los sucesos del 15 de julio su gobierno «no tuvo ningún conocimiento previo».