Metallica vuelve con nuevo álbum

Por Ariel B. Coya

Habrá más discos de Metallica, seguiremos en esto hasta que el cuerpo aguante: Lars Ulrich

La Habana (PL) Los viejos rockeros nunca mueren, así que Metallica está de vuelta y con las pilas puestas para la autodestrucción, en el mejor sentido de la palabra, al anunciar el lanzamiento de un nuevo disco.

Después de ocho años de espera, la famosa banda de rock estadounidense rompe así el silencio que mantenía desde su noveno álbum Dead magnetic (2008), con la aparición de Hardwired… to self-destruct (literalmente, «Cableado para autodestruirse») prevista para el próximo 18 de noviembre.

«Sabemos que ha tomado un tiempo, pero estamos orgullosos de presentarlo», divulgaron sus cuatro integrantes a través de las redes sociales, al tiempo que se mostraron impacientes por interpretar en vivo las 12 nuevas canciones que conforman la grabación.

Aunque hasta ahora eludió ofrecer cualquier pista de una posible gira mundial, el grupo formado por el cantante James Hetfield, el baterista Lars Ulrich, el guitarrista Kirk Hammett y el bajista Robert Trujillo no quiso perder el tiempo.

Ya estrenó el primer sencillo, titulado Hardwired, en la estación de radio de Minneapolis 93X y publicó además un video en la plataforma digital YouTube.

Con 80 minutos de duración, el disco es el primero que Metallica edita bajo su propio sello Blackened Recordings, y tuvo en la producción a Greg Fidelman, quien curiosamente también estuvo detrás del exitoso disco 21 de Adele en 2011.

Según declaró Lars Ulrich en varios medios, todos los temas fueron compuestos esta vez a «ocho manos», para lo cual se inspiraron en muchos de los riffs que marcaron los orígenes de la banda, sobre todo en su ópera prima Kill ‘Em All (1983).

A 25 AÑOS DEL BLACK ÁLBUM

No obstante, esta «nueva fase» de su travesía, como la catalogó el grupo, cobra también especial significación por ver la luz cuando se cumple un cuarto de siglo del no menos célebre Black Album (conocido así por su característica portada negra).

Si bien para 1991 Metallica ya era considerado junto a Anthrax, Megadeth y Slayer algo así como los «cuatro jinetes del Apocalipsis» del thrash metal al contribuir decisivamente a la explosión del género en los ochenta, fue con el disco homónimo de la agrupación que esta ingresó en la leyenda.

Bajo la batuta del productor Bob Rock, Hetfield y compañía -que por entonces contaban con Jason Newsted en el bajo- dieron rienda suelta a un quehacer sonoro más elaborado frente al torbellino a la velocidad de la luz de su época inicial, al añadir nuevos elementos a su música (tempos más lentos, orquestaciones, mayor prominencia del bajo…).

Dicha transición no resultó fácil, ya que los miembros de la banda no esperaban que su nuevo productor fuera a tomarse la libertad de transformar sus canciones y mucho menos de variar su estilo.

Por tal motivo, los nueve meses que duraron las sesiones de grabación en los estudios One on One de Los Ángeles parecieron una auténtica Odisea en la que el grupo se dejó más de un millón de dólares en gastos de producción.

El coste personal también fue alto, pues Ulrich, Hammett y Newsted se divorciaron de sus esposas en el proceso y los problemas de Hetfield con el alcohol se agudizaron severamente, a tal punto que los cuatro juraron no volver a trabajar nunca más con Bob Rock (aunque cinco años después se desdijeron y lo hicieron en otros tres álbumes).

Por si fuera poco, los fans más puristas catalogaron al Black Album como «una bajada de pantalones» para satisfacer al mainstream de la industria musical, pero su lanzamiento dio en el blanco.

Al combinar la balada Nothing Else Matters o The Unforgiven con temas mucho más potentes como Enter Sandman o Wherever We May Roam, el Black Album preservaba el aire levantisco del heavy metal, a la vez que podía entrar sin problema en las preferencias de cualquier melómano.

Como sintetizó Lars Ulrich en el documental Metallica-The Black Album (2001): «No se trataba de hacer la música más rápida o pesada, sino de hacer la que mas perdure… y lo logramos».

Vaya si lo hicieron que su extraordinaria acogida erigió al disco casi de inmediato en uno los mejores de la historia del rock, con más de 30 millones de copias vendidas en todo el mundo, y Metallica llegó a dar 300 conciertos en tres años.

Queda por ver entonces si Hardwired… podrá emular semejante éxito o quedará acaso en otro de los tímidos acercamientos que la banda produjo a partir de Load (1996).

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