«Brote yo/ de una flor./ Me alzó la Diosa./ Me sostuvo en sus manos./ Me vistió de milagros.// Era un momento de esos/ en que puede pasar cualquier cosa,/ hasta camellos por los ojos de las agujas.»
Ramón Méndez
Así pasa la luz/ por el ojo de la ciudad/ se instala en los edificios/ llueven destellos/
recorren calles y callejones/ se prenden a la urbe/ entonces el barco ebrio/ deambula por las aguas turbias/ de los asesinos nómadas/ corona de sulfuro/ otras iluminaciones.