Washington, 28 oct (PL) La Serie Mundial del béisbol estadounidense regresa hoy al Wrigley Field después de 71 años, donde Kyle Hendricks busca poner el duelo 2-1 a favor de Cachorros de Chicago, mientras Josh Tomlin intenta adelantar a Indios de Cleveland.
Hendricks (1-1 y 1.65 de efectividad en los playoffs) fue el héroe de los locales en su última actuación, hace seis días, cuando derrotó a Dodgers de Los Ángeles en el sexto juego de la Serie de Campeonato, triunfo que dio a Cachorros el boleto al Clásico de Otoño de 2016.
El derecho de 26 años y nativo de California, 16-8 y líder en promedio de carreras limpias de la Liga Nacional en la campaña, con 2.13, es pese a su juventud considerado un maestro en el arte de colocar la pelota donde quiere, con su sinker de 88 millas por hora, su cambio a 81 y su recta de cuatro costuras cercana a las 90.
Incluso, ya lo comparan -aunque no pocos piden esperar un tiempo para hacerlo- con el miembro del Salón de la Fama Greg Maddux, ganador de 355 partidos en 23 temporadas (1986-2008) y conocido como «El Profesor» por su dominio de la zona de strike y habilidad para retirar a los rivales con pocos lanzamientos y mantener la Rawlings dentro del parque.
Por su parte, La Tribu cuenta con Tomlin en el montículo, un derecho de 32 años y muy buena actuación en la postemporada, 2-0 y 2.53 en par de salidas, pero sin llegar a completar el sexto capítulo en ninguna de ellas.
Tampoco Tomlin sobresale por su velocidad, la cual suele mantener en los altos 80, ya sea su sinker o su bola rápida de cuatro costuras.
Parece bastante probable que el manager de Cleveland, Terry Francona, tenga que acudir temprano a su hasta ahora espectacular dúo de relevistas, el zurdo Andrew Miller y el cerrador Cody Allen, quienes acumulan en los playoffs de este año 22.1 entradas sin permitir carreras y 39 ponches propinados.
Si para Francona la clave del éxito pudiera ser una vez más su bullpen, la del estratega de Cachorros, Joe Maddon, no parece tan limitada.
Chicago tiene a Hendricks en la lomita, los poderosos bates de Kris Bryant, Anthony Rizzo, Ben Zobrist, el boriua Javier Báez y Addison Russell, y las rectas a 102 y 103 millas del apagafuegos cubano Aroldis Chapman, capaz de sacar más de tres outs si hiciera falta.
Indios llega al Wrigley Field con una ofensiva que no acaba de explotar en los playoffs, después de una temporada regular en la cual fue la sexta novena de Las Mayores en bateo (262) y la quinta en anotadas (777).
Los latinoamericanos Francisco Lindor (torpedero boricua) y José Ramírez (antesalista dominicano) han sido los mejores con el madero por Cleveland, que necesita el despertar de los toleteros Mike Napoli y Carlos Santana, así como el aporte de uno de sus mejores jugadores, el camarero Jason Kipnis, disminuido por una lesión.
El centenario Wrigley Field, ubicado al norte de la Ciudad de los Vientos, acogió por última vez un partido del Clásico de Otoño el 10 de octubre de 1945, un año fatídico para los fanáticos de Cachorros, porque además de perder ante Tigres de Detroit, nació la famosa Maldición de la Cabra.
Según las más diversas fuentes, al inmigrante griego y dueño de una popular taberna cercana al Wrigley, Billy Sianis, le fue impedida la entrada al cuarto juego de la Serie Mundial entre Chicago y Detroit, al presentarse en las taquillas con su mascota, una cabra llamada Murphy.
«Los Cachorros nunca más volverán a ganar», sentenció el indignado Sianis, y desde entonces sus palabras han sido ley, con algunos eventos que han llevado a no pocos a tomar muy en serio la archinombrada maldición.
Seguramente algunos acudirán a rituales, y tal vez la imagen de herederos de Murphy adorne el emblemático parque, pero la mayoría de los más de 40 mil fanáticos confían sobre todo en los brazos de Hendricks y Chapman y los bates de Bryant, Rizzo, Zobrist, Báez, Russell y compañía.
El tercer partido de la Serie Mundial ayudará a uno de los dos equipos a darle forma al prolongado sueño de conquistar el título, ese que Cleveland disfrutó por última vez en 1948 y los del norte de Chicago en 1908.