LeBron y los Cavs aferrados al trono de la NBA

Por Yasiel Cancio Vilar

La Habana (PL).- La mayoría de los expertos coinciden: los Golden State Warriors son los favoritos al título de la NBA en la presente temporada. Pero absolutamente nadie puede descartar a los Cleveland Cavaliers de LeBron James, el jugador de baloncesto más completo de todo el planeta.
James está más allá del bien y el mal. Su ambición sin límites invita a soñar a todos los fans de los Cavs, quienes, seducidos por el trono, minimizan el impacto de la flamante contratación de Kevin Durant por los Warriors y apuestan fuerte por los suyos.
Seguimos con la misma hambre. No nos damos por satisfechos con lo logrado, remarcó LeBron, para aclarar que el equipo del norte de Ohio intentará revalidar la corona, tras conquistarla durante la temporada anterior, un hecho que significó el fin de una sequía de 52 años sin títulos para los equipos profesionales de Cleveland.
Tras cosechar el primer cetro para la franquicia de los Cavaliers y el tercero de su carrera deportiva, el alero de 31 años pretende erigir una dinastía junto a sus cómplices Kyrie Irving y Kevin Love, todos bajo las órdenes del innovador coach Tyronn Lue, de apenas 39 años.
A priori, los Cavs tendrán vía libre en la Conferencia Este esta temporada, pues ninguno de sus adversarios tiene el potencial suficiente para desbancar a los campeones defensores. De cumplirse los pronósticos, LeBron llegará por séptimo año consecutivo a las finales de la NBA (cuatro con Miami y tres con Cleveland).
Para nadie es un secreto que LeBron busca un lugar en la historia del deporte. Incluso, hace un tiempo hizo público su deseo de sentarse en la mesa del mismísimo Michael Jordan, el mejor de todos los tiempos, aunque para lograr ese objetivo todavía deberá trabajar muy fuerte en el futuro.
Individualmente, el astro de dos metros y tres centímetros de estatura, dos veces campeón olímpico, aspira también a conseguir su quinto premio al Jugador Más Valioso (MVP, por sus siglas en inglés) y para ello deberá remover del sillón a Stephen Curry, ganador de ese trofeo las últimas dos campañas.
Desde la fundación de la NBA en 1946, solo Kareem Abdul-Jabbar (6), Jordan (5) y Bill Russell (5) ganaron más premios MVP que el genio de los Cavs, quien, sin duda, inscribirá su nombre en el futuro en el Salón de la Fama del Baloncesto de Estados Unidos.
En el palmarés de LeBron también aparecen 12 convocatorias al Juegos de las Estrellas, y las distinciones de Mejor Deportista de Estados Unidos en 2012 y Novato del Año 2004, además de ocupar el lugar 11 entre los máximos anotadores de todos los tiempos en la mejor liga del mundo, con 26 mil 833 puntos (antes de comenzar la presente campaña).
LeBron y los Cavaliers, y eso es innegociable, se aferrarán al trono de la NBA, aunque las brújulas señalen una y otra vez a los Warriors de Curry y Durant.

DURANT HACE INVENCIBLES A LOS WARRIORS DE CURRY
La llegada de Durant a los Warriors procedente de Oklahoma convierte al equipo de Golden State en una máquina insuperable, lista para reconquistar la corona perdida la campaña anterior, pese a imponer récord de victorias en la etapa regular.
Con Durant en el quinteto titular, los Warriors tienen una dinastía en ciernes, e incluso varios expertos aseguran que ellos son los únicos que pueden perder el campeonato.
Las grandes dinastías de la historia de la NBA fueron fraguadas por los Boston Celtics (1956-1969; 1980-1987); Chicago Bulls (1990-1998); Los Angeles Lakers (1979-1991); y San Antonio Spurs (1998-2014). ¿Nacerá otra en Golden State?
Ahora, los pronósticos precompetencia otorgan la condición de favoritos al trono a Golden State y a los Cavs, sin embargo, el incombustible San Antonio Spurs -ahora con Paul Gasol de pivot tras el retiro oficial de Tim Duncan-, Boston Celtics, Toronto Raptors, Los Angeles Clippers y Chicago Bulls están llamados a dar la sorpresa si los astros se alinean.
Pero más allá de todas las batallas, esta temporada algo es totalmente seguro y desconsolador: no podremos disfrutar de los fuera de serie Kobe Bryant, Kevin Garnett y Tim Duncan, quienes dijeron adiós al deporte y pusieron rumbo hacia el Salón de la Fama.

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