La Habana (PL) Aunque los nombres de Hillary Clinton (demócrata) y Donald Trump (republicano) son los únicos que «brillan» en esta campaña presidencial 2016, otros siete candidatos, de diferentes partidos, aspiran llegar a la Casa Blanca en enero de 2017.
El bipartidismo político impuesto en el llamado «american way of life», sin dudas margina a otros partidos -a los que llaman «menores»-, pero que siguen insistiendo por cambiar la realidad política de Estados Unidos.
Trump y Clinton representan el «stablisment» -a pesar de que el multimillonario neoyorquino lo niegue-, y responden a un esquema electoral difícil de violentar.
Esto cuando aún van apareciendo en el escenario político otras fuerzas que no cuentan con el respaldo de los poderosos medios de comunicación, los verdaderos artífices de las carreras electorales.
Para muchos, en Estados Unidos solo existen las banderas
tradicionales de los «burros y elefantes», porque en el país donde impera una supuesta «libertad de expresión», no hay espacios en los grandes titulares de periódicos, ni en los noticiarios, ni en las redes sociales, ni de debate para otras formaciones políticas.
Este 8 de noviembre, los estadounidenses tendrán la posibilidad de votar, además de los demócratas seguidores de Hillary Clinton y los republicanos fieles a Donald Trump, por candidatos de los partidos Libertario, Verde, Better for America (Mejor para América), Americans Elect, de la Constitución, de la Reforma, y el Partido Socialismo y
Liberación/Paz y Libertad.
PARTIDO LIBERTARIO
La fórmula presidencial de esta agrupación política está integrada por Gary Johnson, exgobernador de Nuevo México, y William Weld, también exgobernador de Massachusetts, y avanzan en esta justa presidencialista con apenas el seis por ciento de la intención de votos, según las encuestas nacionales.
Fundado en 1971, es considerada la tercera fuerza política dentro de Estados Unidos, con una filiación de cerca de 411 mil ciudadanos y sus principales temas de campaña han sido el rechazo al excesivo gasto gubernamental, la defensa de las libertades individuales, siempre con posiciones más liberales y tolerantes referidas a temas sociales.
Su plataforma política es una alternativa para los descontentos con las partidos tradicionales, y algunos de sus principales líderes provienen de las filas republicanas, en particular el candidato presidencial, Johnson, que las integró hasta hace cuatro años.
PARTIDO VERDE
La boleta presidencial de los Verdes está integrada por Jill Stein, una doctora en medicina de Massachusetts, como presidente, y el activista y profesor del Distrito de Columbia, Ajamu Baraka, quien aspira a la vicepresidencia.
El Partido Verde, con una mirada ecologista y una inclinación ideológica a la izquierda, participa de las carreras electorales desde la década de 1990 y llamó la atención del electorado cuando Ralph Nader se lanzó como candidato a la presidencia en los años 1996 y 2000.
En estas elecciones de 2016, solo alcanzan el dos por ciento de la intención de voto a nivel nacional, según el promedio de encuestas.
Entre sus principales propuestas está el respeto a la diversidad, la no violencia, una democracia más participativa, la defensa de la mujer, la descentralización del poder, una economía basada en la comunidad, la justicia social y un enfoque más futurista de la sociedad.
Uno de los desafíos que enfrentan los Verdes, y el resto de los partidos de «segunda línea», es la dificultad de sobrepasar algunas leyes que restringen el acceso a las elecciones, existentes en varios estados.
BETTER FOR AMERICA (MEJOR PARA AMÉRICA), INDEPENDIENTE
El candidato presidencial de esta agrupación es el exagente de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) Evan McMullin, un exrepublicano que intenta restar votos a Donald Trump, principalmente en el estado de Utah, donde el 60 por ciento de los electores son mormones, y rechazan al magnate inmobiliario por sus controvertidas posiciones.
Otra de las bases de Better for América es la marcada impopularidad de los principales aspirantes a la Casa Blanca -Clinton y Trump- y su estrategia es ganar acceso a las urnas en los estados que no requieren un candidato a ser nombrado.
McMullin, que hasta el momento de postularse trabajaba como director de Políticas para la Conferencia Republicana en la Cámara de Representantes, además de ser inversionista en Utah, se presenta sólo en 11 estados.
Espera tener buenos resultados en Idaho y Wyoming, aunque su principal plan es privar a Trump de los seis votos electorales en su estado natal y complicar así su camino a la Casa Blanca.
AMERICANS ELECT (INDEPENDIENTE)
Con el profesor de la Universidad de Boston, Laurence Kotlikoff, como candidato presidencial, el partido Americans Elect lucha por un mecanismo electoral más participativo, nacional y no partidista.
PARTIDO DE LA CONSTITUCIÓN
El abogado Darrel Castle, de Tennessee, es el candidato presidencial por el Partido de la Constitución, fundado en 1991, que aboga por un gobierno limitado y promueve el nacionalismo económico, más apegado a la constitución original de Estados Unidos y a la declaración de principios de independencia de ese país.
Esta agrupación política se opone a la inmigración ilegal, busca establecer controles más estrictos para la entrada legal de extranjeros, es contrario a la eutanasia y el aborto, se opone al matrimonio entre personas del mismo sexo y a la pornografía.
PARTIDO DE LA REFORMA
El millonario Roque de la Fuente, un exdemócrata californiano de origen mexicano, es el candidato presidencial de este partido, fundado por Ross Perot en 1995, también como resultado de la insatisfacción de los electores con republicanos y demócratas.
En su programa, considerado como ultraconservador, propone que el ejército proteja a los ciudadanos de la elevada delincuencia en las grandes ciudades, y su mayor victoria electoral ocurrió cuando Jesse Ventura fue elegido gobernador de Minnesota en 1998.
PARTIDO SOCIALISMO Y LIBERACION/PAZ Y LIBERTAD
La candidata presidencial del partido Socialismo y Liberación es Gloria de la Riva, una destacada activista y periodista de California, que en 1984, 1988 y 1996 se postuló como candidata independiente para el cargo de vicepresidente de Estados Unidos.
También en 1994 y 1998 aspiró a la gobernación del estado de California por el Partido Paz y Libertad.
Como activista, De la Riva organizó varias manifestaciones masivas contra la invasión de Estados Unidos en Iraq, y fue la coordinadora del Comité Nacional para la Libertad de los Cinco Héroes Cubanos, antiterroristas, que permanecieron injustamente largos años en cárceles norteamericanas.
Ha trabajado durante décadas por el restablecimiento de relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y Cuba, y contra el bloqueo económico, comercial y financiero que Washington impone a la isla caribeña desde hace más de medio siglo.
El 8 de noviembre, poco sabremos de estos siete partidos, pues las candilejas están destinadas a los aspirantes demócrata y republicano -Hillary Clinton y Donald Trump-, causalmente, los más impopulares entre los electores estadounidenses.
Cosas de la democracia norteamericana.