Maseru, 19 nov (PL) Cada país es un mundo. Así pensé apenas crucé la frontera y entré a Lesoto, el reino montañoso sin salida al mar enclavado dentro de la geografía de Sudáfrica.
A simple vista parece más bien una nación rural, alejada del turismo de masas que quizás caracteriza a Sudáfrica y en particular a urbes como Ciudad del Cabo, Durban o Johannesburgo.
Maseru, la capital, casi puede recorrerse de un tirón. Una vía principal te lleva directo desde el paso fronterizo hasta el Basotho Hat (Sombrero Basoto), el núcleo comercial donde venden souvenirs, artesanías, banderas…
Maseru es un sitio que podría inspirar una novela al estilo de Gabriel García Márquez y lo real maravilloso, por su mixtura entre tradición y modernidad, por los anuncios; por la disposición de las construcciones en la falda de las elevaciones.
También todo o casi todo es en miniatura, excepto algunos edificios como el Ministerio de Deporte (en un país donde apenas hay deportistas, dice en voz baja un lugareño a la periodista) o el imponente Parlamento, Âítan grande!, en lo alto de una colina.
La gente es amable y tímida. Lo comprobó la reportera quien fue auxiliada por dos jóvenes a encontrar el Hills View -una zona de la ciudad-, en busca de los médicos cubanos que brindan su ayuda solidaria en esta tierra.
Cuando te hablan sonríen. Extienden una mano sobre otra cuando vas a pagarles por algún servicio y ellos mismos se autodefinen como fieles a sus tradiciones y costumbres.
Es curioso. En Lesoto hay quienes andan por las calles con sus blanket (colchas), el atuendo típico que es orgullo nacional.
Las pesadas mantas (una herencia del rey Moshoeshoe I)
las usan haga calor -como ahora en este verano africano- frío o lluvia, y las portan sin distinción hombres, mujeres y niños.
Junto a las «blanket» también es muy frecuente observar el sombrero de forma cónica hecho de paja, símbolo de identidad, el mismo que se perpetúa en como centro en el Basotho Hat.
Pero la mejor vista de la ciudad se aprecia desde el Lesoto Sun, un lujoso hotel al alcance de bolsillos exclusivos como los verdes campo de golf que destacan en Maseru.
Lesoto cuenta con poco más de dos millones de habitantes, tiene apenas 909 kilómetros de frontera y su área es de unos 30 mil 355 kilómetros cuadrados.
El síntoma de la inestabilidad política lo ha caracterizado en los últimos años, algo que nada tiene que ver con el lema que figura en sesotho en el escudo del país: Khotso, Pula, Nala (Paz, Lluvia, Prosperidad).
Crónica de viaje: Lesoto, la otra geografía
Por Deisy Francis Mexidor