Los Crímenes Ocultos de López Obrador
La guerra de papel y electrónica que se ha desatado en el espectro político mexicano rumbo a los comicios presidenciales del 2018 -ya de por sí iniciado por un “filósofo” sureño-, comienza a tener un glosario de expresiones idiomáticas que rayan en los tintes ideológicos con sello émulo del “desastre sin piedad”.
El necio político de Andrés Manuel López Obrador, quien ha calificado a diestra y siniestra -haciendo mención de manera jocosa cuestiones veterinarias sobre “cerdos y marranos” (se le olvidaron las gallinas de su desmentalizada granja)-, es el rasero de su tercera campaña político electoral.
López Obrador es el Rey Cerdo de la Granja, ya que cada vez cuando abre la boca, es el hombre que traza la Agenda Política de la nación.
Paradójico, en verdad, pero resulta sorprendente la forma de inmediatez cuando le brincan sus contrincantes; pareciera que tiene un imán y una coraza para protegerse de los ataques verbales de sus iguales lenguados líderes partidistas.
En ese tren de la denigración política ya se subió también el líder nacional del Partido Acción Nacional, Ricardo Anaya Cortez, al mencionar en un spot de 30 segundos: “La opción tampoco es López Obrador, sus locuras son y seguirán siendo un peligro para nuestro país”.
Si bien el líder nacional del PAN, Ricardo Anaya, decidió sumarse a la estrategia del PRI y atacar directamente a Andrés Manuel López Obrador –sus mejores publicistas políticos-, es también inverosímil que Ricardo Anaya esté jugando dos papeles protagónicos con dimensiones mucho muy peligrosas.
¿Por qué? Porque no ha definido si es juez o parte en el sentido más peyorativo de tratar de comerse todo el pastel.
Como líder nacional del blanquiazul no ha hecho mal papel, pero tratar de esconder sus magnánimas ambiciones de poder para perfilarse como posible candidato presidencial por encima de Margarita Zavala, estratégicamente está mal visto porque la sociedad piensa que en el PAN también hay pequeños hitleritos que quieren avasallarse en todo.
Ricardo Anaya y AMLO, émulos del desastre sin piedad, prácticamente el tabasqueño reemplazará al Revolucionario Institucional en ese juego de las “venciditas de la verborrea barata”, pero la campaña de lodo que en los últimos cuatro sexenios que se ha convertido en gran ventanal en el quehacer político mexicano, ya no es ni noticia, sino acciones histriónicas atrayentes para la vox populi.
Es tan igual, de pésimo gusto y de peor tacto político, las declaraciones que emitiera el presidente de la sala regional del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, Juan Manuel Sánchez Macías, en un foro de equidad de género, en Tabasco.
“Las mujeres –dijo- deben llegar a cargos públicos por su inteligencia y no porque ‘están bien buenas y tienen unas nalgas exquisitas’”. Así el nivel del Magistrado que califica elecciones de siete estados de la República.
Y así es también el nivel de esos actores políticos que se la están “rifando” por alcanzar el poder presidencial.
Ya es cuestiones de imaginación que López Obrador retome ese tipo de enunciados del Magistrado Juan Manuel Sánchez Macías, en referencia directa a Margarita Zavala, quien como política de Acción Nacional con aspiraciones presidenciales, tendrá que “aguantar vara” por ese tipo de desastres que salen de la boca de Andrés Manuel. Y peor aún, tiene en la propia casa de su partido, al enemigo número uno a vencer: Ricardo Anaya.
En el spot de 30 segundos que el partido blanquiazul comenzó a difundir en uso de los tiempos del Estado a que tiene derecho todo partido político -independientemente del gigantesco e incontrolable aparato que yacen en Redes Sociales de Internet-, Ricardo “El Pulpo” Anaya critica al PRI y a López Obrador, de una forma pujante e hiriente.
“Regresó el PRI y México no va por el camino correcto, la economía va mal, la violencia aumenta, la corrupción está peor que nunca. El PRI se tiene que ir”, advierte Anaya.
Y remacha: “…Y la opción tampoco es López Obrador. De él no hay nada nuevo que decir. Sus locuras son y seguirán siendo un peligro para nuestro país”.
El “pulpo” panista aprovechó la coyuntura en su spot, cuyo set se montó en la sede nacional del PAN, de la colonia Del Valle, al venderle la idea a la sociedad votante: “Pero contigo y con el PAN si hay de otra, ten confianza, somos muchos. Si se puede. Ya verás”, sentencia el dirigente panista en son de convencimiento que no es su partido, sino él solo.
En el transcurso del mes de septiembre, el dirigente nacional del PRI, Enrique Ochoa Meza, fue el actor político que abrió brecha al cauce de la política de la denostación y la calumnia, con el llamado “Reto PRI”.
A López Obrador, si bien lo ha retado para debatir por presuntos datos falsos presentados en su declaración 3 de 3, en un segundo spot Ochoa Meza volvió a lanzar otro reto para debatir sobre empleo; además sostiene que “alguien que afecta tu trabajo, tu tiempo y tus ingresos no puede ser una esperanza”.
Como referente a todo ese glosario de los malos intentos, se suma la dualidad que en cualquier momento podrán avasallar al famoso Peje, presentándole una denuncia literaria -digna de una investigación periodística-, referente a los Crímenes Ocultos de López Obrador, solo para ver qué cara de sinvergüenza pone, y qué explicación tendría que dar, porque hasta ahora el Mesías de Macuspana se ha negado en aclarar su negro pasado criminal.