Cuántas veces le ha tocado experimentar el cobro de una tarjeta de crédito o comercio departamental y la primera reacción es el enojo, sin faltar la mentada de madre. En el caso de que usted no sea sujeto a crédito y no haya vivido esa experiencia le aseguro que al menos lo ha escuchado ya sea de algún familiar o bien una amistad.
Pero siendo objetivos, no hay motivo de porque enojarse cuando se sabe que se tiene un adeudo, es decir, todavía otorgan un crédito porque no se tiene el dinero para comprarlo y te enojas porque se te olvidó pagar. Como que no existe una congruencia en ello.
Así somos los mexicanos que siempre estamos buscando el lado de chingar al próximo. No se sabe con certeza si se trata algo que se lleva en los genes o alguna herencia de nuestro antepasado.
Y cuando se trata de pagar impuestos la misma autoridad son quienes se encargan de despertar la creatividad para poder chingar al prójimo y ser premiado.
En el caso de los contribuyentes siempre resulta contradictorio para quienes hacen un esfuerzo de cumplir a tiempo con todas las obligaciones tanto fiscales, así como cualquier otro tipo pago como es el predial y tenencia vehicular.
Año tras año, estos tributarios cumplidores puntales reciben un cubetazo de agua fría, cada vez que las autoridades premian a los incumplidos con la famosas condonaciones de dos o tres años solicitando únicamente que se actualicen o simplemente el pago de un peso las actualizaciones. Siempre existirán facilidades o descuentos para aquellos que nunca hicieron el intento de estar al corriente de sus obligaciones.
En el caso de Coahuila todas aquellas placas vencidas tendrán un beneficio para los morosos como un incentivo a su incumplimiento, mientras quienes han hecho sus pagos en su tiempo y forma nunca reciben algún tipo de incentivo y aunque se ha anunciado el retiro de vehículos resulta una misión imposible ya que no se cuenta con la logística, ni personal y ni mucho menos espacio para poder resguardar a tantos automóviles. Lo que a la lógica de muchos coahuilenses que sí pagan puntualmente, empiezan a despertar el interés de hacer exactamente lo mismo que un moroso para esperase a gozar de esos beneficios.
Así como sucede en el plaqueo y pago de tenencia, la misma dinámica sucede con el pago del predial, orillando al ciudadano a convertirse un poco más al “Mexican Way” o en pocas palabras un poco más valemadrista.
Lo mismo pasa en el ámbito político que tal parece que entre más mal haga su función pública también son premiados con buenos cargos, haciendo de la política todo un modus vivendis, para vivir como reyes después de dejar endeudado un municipio, o un gobierno estatal.
Esta molestia ha sido mayor para quienes fungen en niveles bajos que atemorizados a perder su empleo para hacerles espacio temen en perder sus puestos teniendo que buscar la manera de sacar dinero de las arcas de las tesorerías estatales o municipales, sin importar sin éstos recursos están etiquetados en donde supuestamente es imposible desviar los dinero pero a la hora de la práctica hemos vistos por diversas publicaciones en medios cómo muchos funcionarios públicos como gobernadores y alcaldes no les resulta impedimento que el dinero federal venga etiquetado.
Con una mentalidad abierta de no te acabes gobierno, es la manera como estas personas cada año consolidan más sus empresas familiares, como resultado de los saqueos de las arcas de los municipios y gobiernos estatales resultando de pronto que de la noche a la mañana surgen como empresarios exitosos, siendo este otro sueño mexicano que cada vez nos están identificando ante los ojos no solo de la opinión pública sino también internacionalmente.
Por este tipo premios tanto en el mundo de la política como el de los ciudadanos morosos hacen al mexicano más abusones, y valemadristas en donde cada vez se reafirma el dicho en donde se dice: que no transa no avanza. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013) www.intersip.org