Al menos 27 agentes policiales y dos civiles murieron, y otras 166 personas resultaron heridas, en las dos explosiones ocurridas en el centro de Estambul el sábado por la noche, confirmaron funcionarios del Gobierno.
El ministro del Interior, Suleyman Soylu, explicó en una conferencia de prensa en Estambul que, en uno de los ataques, un coche en tránsito fue detonado contra la policía antidisturbios que estaba de guardia cerca de un estadio en el distrito de Besiktas, donde había finalizado un partido de fútbol una hora y media antes.
El vice primer ministro Numan Kurtulmus dijo que la explosión tuvo lugar poco después de que los hinchas abandonaron el estadio.
Cuarenta y cinco segundos más tarde, un hombre cargado de explosivos se inmoló en el parque de Macka, justo en frente del estadio, afirmó Soylu, quien añadió que unos 10 sospechosos han sido detenidos.
Las explosiones fueron tan potentes que se pudieron oír a ambos lados del Bósforo, el estrecho que divide la metrópoli en dos partes, según informaciones de la prensa.
Tres de los heridos están en condición crítica, mientras otros 17 han sido tenido que ser operados, dijo el ministro de Salud, Recep Akdag.
En su cuenta de Twitter, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, prometió «continuar nuestra lucha» a pesar de que haya más derramamiento de sangre.
Una tercera explosión oída más tarde por los residentes fue el resultado de la detonación de un coche sospechoso cerca del escenario, de acuerdo con la prensa. Seis fiscales han sido destinados a investigar los ataques.
Estambul, la mayor ciudad de Turquía, y Ankara, la capital del país, han sido objeto de varios ataques mortales el pasado año en medio de un empeoramiento de la situación de seguridad.
El último ataque en Estambul se produjo a finales de junio, cuando tres atacantes suicidas asaltaron el principal aeropuerto internacional de la ciudad causando la muerte de 45 personas.
Con información de Xinhua