Bogotá, 26 dic (PL) El agotamiento del combustible, unido al tardío reporte de la tripulación sobre la emergencia fueron dos de las causas del accidente aéreo ocurrido en Antioquia que provocó la muerte a 71 personas, aseguró hoy la Aeronáutica Civil colombiana.
Los investigadores no identificaron ninguna falla que pueda haber ocasionado o contribuido al siniestro, tampoco evidencias de un acto de sabotaje o intento suicida, añadió un informe de esa entidad divulgado este lunes.
Otro de los factores que incidió en el desastre fue la aprobación del vuelo para dicha ruta, planificado y tramitado por la aerolínea LaMia, precisó el secretario de Seguridad Aérea, coronel Fredy Bonilla.
De acuerdo con el plan presentado por el piloto en el aeropuerto de Santa Cruz de la Sierra (Bolivia), la autonomía de la aeronave era de cuatro horas y 22 minutos, exactamente igual al tiempo de la trayectoria a recorrer.
En correspondencia con los estándares internacionales el aparato debió tener combustible para una hora y media más, o sea, para una distancia mayor que le permitiera incluso desviarse de ser necesario hacia un aeropuerto alterno, sin embargo, el itinerario fue autorizado, explicó la Aeronáutica Civil en un dictamen difundido por el portal digital El Tiempo y Blu Radio.
Según la indagación preliminar, el copiloto insistió en la cabina que estaban al límite de combustible para llegar a su destino; aunque la tripulación contempló aterrizar en Leticia o Bogotá a fin de reabastecer el avión siguió directo hacia el aeropuerto José María Córdova, de Rionegro, cercano a Medellín.
No obstante la gravedad de la situación el capitán declara la emergencia siete minutos antes de la caída del aparato en el cerro El Gordo, ahora nombrado Chapecoense en memoria de los integrantes del club de fútbol homónimo fallecidos el 28 de noviembre.
El piloto tampoco informó que se le estaban apagando paulatinamente los cuatro motores de la aeronave; por el contrario, continuó con las maniobras de aterrizaje, amplió Bonilla citado por El Tiempo.
Sólo dos minutos antes de la caída alertó que la aeronave había sufrido una falla total eléctrica.
Otra de las conclusiones de los peritos es que el avión despegó con exceso de peso y, además, pasó a unos nueve mil pies por encima del cerro, cuando la altura establecida allí es de 10 mil pies.
El aparato chocó contra las montañas antioqueñas a 230 kilómetros por hora luego de haber perdido la vitalidad en sus motores.