Es muy común que se hable sobre los indicadores al alza sobre el robo de casa habitación, joyerías, tiendas de conveniencia y mientras las autoridades se pelean en decir que se encargaran de los delitos, aunque sin resultado, lo mismo sucede en otros rubros, pero menos mencionados.
Solo por mencionar que quienes se quedaron para seguir haciendo su navidad y día de reyes fueron los defraudadores de tarjeta. Se ha registrado según los bancos de Saltillo, Torreón y Piedras Negras un incremento considerable a partir de las fechas decembrinas al día de hoy un aumento preocupante para la banca sobre la clonación de las tarjetas de crédito.
Sin importar la bandera de la institución bancaria han sido miles de coahuilenses que han sido defraudados por este grupo de criminales de la tecnología bancaria que cada vez está tomando más fuerza que sin importar el tipo de establecimiento logran penetrarse entre los empleados o sustitución de terminales para cometer sus fechorías.
Es muy cierto que la tecnología ha brindado muchas comodidades al ser humano, pero a su vez está pagando muy caro la factura por el avance y progreso que se tiene cada día por tener más cercas los avances y creaciones de la ciencia de sistemas más modernos, pues ahora ya se puede tener acceso a la banca desde una unidad móvil sin importar la compañía celular.
La delincuencia organizada, ladrones o bandas de la tecnología, van creciendo y recurren más a esta forma de vida ilícita, pues en tan pocos minutos pueden hacer crecer sus inversiones de una manera fácil y sin exponerse a un enfrentamiento de fuego, pero sobretodo en anonimato.
El mayor problema no es tanto para las instituciones bancarias sino para los tarjetas habientes, porque en ocasiones no se percatan con tiempo que su tarjeta fue clonada en algún centro comercial, restaurantes, llegando hasta a las farmacias, sino hasta que la tarjeta ya no pasa porque se acabaron el límite de crédito, o se dan cuenta cuando llega el estado de cuenta con la sorpresa de que siempre los consumos pertenecen a compras hechas por vía internet.
Ahí es cuando comienza los dolores de cabeza pues los bancos no quieren reconocer dichas compras fueron hechas de manera ilícitas, y por lo pronto se tiene la obligatoriedad de tener que pagar, para después llenar una hojita con tus datos para someterse a revisión o en su defecto la necesidad de recurrir a CONDUSEF, pero eso tomara días, semanas, y meses en resolver o de lo contrario verse a la necesidad de estar capoteando el departamento de cobranza de estas instituciones bancarias en caso de no pagar.
Por cierto, muy conocido sus métodos de cobranza antiprofesionales y fuera de todo lo que marca la ley, pues en su mayoría dichas carteras vencidas son vendidas a “bufetes jurídicos”, que aplican de lo perdido lo recuperado, llegando a utilizar la intimidación como arma y forma de pago saliéndose con la suya en la mayoría de sus casos.
Hay quienes piensan que este tipo de bandas criminales están de acuerdo con algunos funcionarios de instituciones bancarias y pseudo-bufetes jurídicos para enriquecerse ilícitamente a través de un fraude para que ante los ojos de la ley no se está cometiendo ningún delito.
Pero también hay tarjeta habientes que consideran que es parte de una gran mercadotecnia que existe entre los bancos para poder vender otros productos conocidos como las famosas tarjetas de créditos blindadas contra cualquier tipo de clonación o mal uso dónde con una simple llamada telefónica se te es condonado cualquier consumo no reconocido y no solamente eso sino también dichos plásticos blindados son monitoreados detectando inmediatamente cualquier consumo fuera de lo normal de cliente, bloqueándolo o llamando para confirmar el reconocimiento de dicha compra.
El único problema de estas tarjetas blindadas es que su costo de su anualidad es muy alto; tampoco es un producto que se encuentre al alcance de cualquier cliente sino que se tiene que comprobar ingresos altos; en pocas palabras su mercado son para unos cuantos mientras que los demás seguirán sufriendo el precio de la tecnología, así que para todas las mujeres que tienen una pareja antes de despelucar a sus maridos porque en el estado de cuenta aparece un consumo de alguna tienda de ropa íntima, sex shop, o joyería y nunca llegó a sus manos.
Pero lo mismo sucede con la venta de los seguros para robo de tarjetas de créditos cuyos precios son muy costosos, pero tampoco aseguran que la tarjeta sea clonada pero solamente a partir de la fecha en que el cliente haga el reporte será asegurado, es decir, es lo mismo a que no se tenga seguro contra robo.
Lo que sí es seguro es que este tema, aunque no se maneje ante los medios por no considerarse de alto impacto a los lectores no deja de ser un problema social pero principalmente ante la justicia que se ve imposibilitada de poder actuar ante la mediocridad y falta de visión para invertir no solo en mecanismos sino en policías cibernéticos y jurisdicciones que puedan castigar este tipo de delitos, que aunque no se vean en los indicadores, no significa que no exista. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013) www.intersip.org