Washington, 5 feb (PL) Versiones periodísticas reflejan hoy el drama de los campesinos mexicanos que trabajan en Estados Unidos de manera ilegal o con documentos, y reportan beneficios a la economía de este país.
Una de las regiones que tiene que ver con el asunto es Brawley, donde muchas personas cruzan la frontera todos los días para laborar bajo condiciones que los anglosajones no aceptan.
Ese es el caso de Roger Medida, quien se levanta siempre muy temprano para proteger a su familia (esposa e hija de 11 meses) al cumplir con un puesto laboral en territorio estadounidense.
Medina, de 23 años, vive en Mexicali y trabaja en la vecina Celxico, de la parte del país que ahora su presidente Donald Trump pretende cerrar el paso con un muro, que por demás quiere que paguen los mexicanos.
Los reportes de prensa que ponen este ejemplo, señalan además que Medina debe llegar temprano al control migratorio para evitar largas filas de varias horas, antes de comenzar su dura jornada de recolector de lechugas para una marca californiana (Valle Imperial).
Trabaja como pisquero o cosechero de frutas y verduras por lo que cobra 11,5 dólares la hora. Labora muchas veces bajo temperaturas extremas, tarea que los estadounidenses no quieren realizar.
Estas labores solo las realizan mexicanos, a quienes Trump calificó de malas personas, criminales y violadores, y les acusó de robar el trabajo a los estadounidenses.
Los campesinos entrevistados por varios medios señalan este fin de semana que los norteamericanos no aguantan las crudezas de tales labores.
Otro labriego, José Luis Carrillo, de 35 años, señala a los periodistas que si Trump quiere cerrar la frontera debe ir a ese lugar y cosechar.
La seguridad fronteriza informó que casi 55 mil personas cruzan esas ciudades cercanas, la mayoría para trabajar en el Valle Imperial, como Medina, aunque carecen de estadísticas oficiales de cuántos van al campo.
En esta región, a diferencia de muchas otras zonas rurales, la mayoría tienen papeles, ya sea permiso de trabajo o la doble nacionalidad mexicana-estadounidense.
La directora ejecutiva de la patronal agrícola del condado Imperial, Linsey Dale, señaló este domingo que la gente empleada en esos campos son muy valorados, pues sin ellos los productores del lugar no podrían cosechar.
El condado Imperial registró en 2015 una producción valorada en mil 925 millones de dólares, aseguro la ejecutiva.
Unos 540 mil mexicanos laboran en los campos estadounidenses, de acuerdo con informes del Pew Research Center, aunque no cuantificó a los que están sin permiso.
Los campesinos mexicanos encuestados indican que trabajar en su país no es una opción, pues pagan 3,5 dólares la hora, mucho menos que el promedio de 10,5 dólares logrados en los Estados Unidos.
Con las ideas de Trump, por tanto, no solo se afectarían las familias mexicanas, sino que los productores estadounidenses se verían en serios problemas para completar sus planes de recolección de alimentos.