Washington, 19 feb (PL) El exdirector de la CIA Leon Panetta (2009-2011) advirtió hoy sobre las malas consecuencias que podrían traer para Estados Unidos las fricciones entre el presidente republicano Donald Trump y la comunidad de inteligencia.
Semejante escenario provoca falta de confianza y desmoraliza, afirmó en una entrevista concedida a la cadena NBC News, en la cual se abordó el tema de las acusaciones del mandatario a agencias de inteligencia por la filtración de informaciones que llevaron a un escándalo y a la renuncia del asesor de Seguridad Nacional Michael Flynn.
De acuerdo con Panetta, Trump ataca a personas que no son ni republicanas ni demócratas, cuya función es proteger al país.
«Son buenos patriotas que ponen en peligro su vida para mantener informado al presidente. Por tanto, lo último que necesitan es un presidente que cuestione su patriotismo y su lealtad», precisó el también exsecretario de Defensa (2011-2013), ambos cargos bajo la gestión del anterior jefe de la Casa Blanca, Barack Obama.
Flynn renunció el pasado lunes, presionado por acusaciones de que no reportó apropiadamente al vicepresidente Mike Pence sus conversaciones telefónicas de diciembre con el embajador ruso en Washington, Serguei Kislyak.
Trump fustigó a la comunidad de inteligencia y a la prensa, por su supuesta complicidad en el caso de Flynn, en medio de crecientes señalamientos al magnate inmobiliario y su círculo por una atribuida influencia rusa en los resultados de las elecciones de noviembre y en la actual administración.
Según Panetta, las filtraciones son un problema de vieja data, que tiene como mejor antídoto la lealtad.
«Lo más importante para detenerlas es establecer relaciones de lealtad entre el presidente de los Estados Unidos y la gente que trabaja para él. Si logras eso, no tendrás que preocuparte por las filtraciones», subrayó.
El veterano político, quien fue jefe de Gabinete (1994-1997) en la gestión de William Clinton, insistió en que si los encargados de decirle la verdad al mandatario comienzan a tener dudas sobre cómo la Casa Blanca utilizará esa información o qué hará con ella, entonces es probable que nunca se la digan.
Desde su llegada a la Oficina Oval, el 20 de enero, Trump ha sido considerado un presidente poco dispuesto a escuchar a quienes lo rodean.