Washington, 21 feb (PL) Al nombrar al general Herbert R. McMaster como asesor de Seguridad Nacional, el presidente Donald Trump continúa su tendencia a seleccionar altos jefes militares para puestos clave en su administración.
El mandatario hizo el anuncio la víspera en su residencia de Mar-a-Lago en Palm Beach, Florida, tras entrevistarse con varios candidatos a reemplazar al anterior consejero en esa rama, Michael T. Flynn, quien renunció en medio de un escándalo tras alegaciones de que no informó de manera precisa a sus superiores acerca de los contactos que mantuvo con autoridades rusas.
McMaster, un general en servicio activo, considerado por expertos como un estratega de prestigio dentro de las fuerzas armadas norteamericanas, es veterano de la Guerra del Golfo (1991) y de la segunda invasión contra Iraq, que comenzó en marzo de 2003.
A diferencia de Flynn, que fue asesor durante la campaña por los comicios de noviembre, McMaster no tiene vínculos directos con Trump, quien señaló que el general es un hombre de «tremendo talento y experiencia, altamente respetado».
Su designación ratifica la tendencia de Trump a tener en su equipo de trabajo a exmiembros de alto rango en los servicios armados, como era el caso de Flynn, así como del secretario de Defensa, James Mattis; y el secretario de Seguridad Interior, John F. Kelly, todos exgenerales.
Antes de escoger a McMaster, un especialista en contrainsurgencia que permanecerá en servicio activo, Trump le propuso el cargo a Robert S. Harward, pero este lo rechazó al alegar problemas personales.
Según el diario The New York Times, la principal misión del nuevo asesor será recomponer el Consejo de Seguridad Nacional, cuyo papel en la Casa Blanca es incierto, debido a las atribuciones que la nueva Administración otorgó en materia de política exterior a Stephen K. Bannon, jefe de estrategia.