Por César H. Meléndez
(N22).- La primera mitad del siglo XX significó para México la conformación de una nueva identidad y un sentido de nación, que se acentuó después de la Revolución. Este hecho dejó una huella indeleble en nuestra cultura cinematográfica. El libro “Historia sociocultural del cine mexicano. Aportes en el entretejido de su trama (1896 – 1966)”, editado por la UNAM, da cuenta de algunos aspectos de aquella transformación.
“De manera que tenemos un panorama que recorre tres cuartos de siglo de los primeros 100 años del cine mexicano, para tratar de verlo como un proceso sociocultural de producción de identidad, de generación de ciudadanía, de sentidos de pertenencia, de identificación con unos valores, unas tradiciones; y finalmente un cine que es producción cultural, y que, como documento, da testimonio de la transición, la evolución de México y su sociedad durante el siglo XX”, explicó Francisco Peredo Castro, profesor investigador del Centro de Estudios en Ciencias de la Comunicación de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales UNAM.
Esta novedad editorial es resultado de un proyecto de investigación homónimo donde participaron 8 académicos de la UNAM: Lucía Rivadeneyra, Esperanza Vázquez, Virginia Careaga Covarrubias, Alma Delia Zamorano, Rocío Avendaño, María Luisa López-Vallejo y García, y los coordinadores, Francisco Peredo y Federico Dávalos.
“Convocamos a un grupo de académicos para trabajar en la investigación y de ese proyecto surge el libro, con nosotros 8 como autores en conjunto, no es una historia lineal, no es una historia estrictamente cronológica, sino que es una aproximación sociohistórica al cine como producción cultural, que aborda temas específicos. No es una historia lineal cronológica, pero están ordenados más o menos en un orden de evolución de la cultura fílmica mexicana. Empezamos con las revistas como una fuente primordial de investigación, luego los estudios de la etapa del cine mudo, los dos capítulos que vienen sobre la transición del cine mudo al sonoro, los dos capítulos sobre los primeros años del sonoro en México en los años treinta, después vienen capítulos que tienen que ver con el cine de los años 40, por ejemplo”.
Uno de los principales aportes del trabajo es que ofrece una mirada enriquecida por el recurso de fuentes, hasta ahora, inéditas.
“En los diversos estudios que se han hecho sobre el cine mexicano se han abordado muy pocos títulos. Entonces la pregunta sería: ¿No hay más fuentes para el estudio del cine? Así que lo que aquí mostramos son alrededor de 200 títulos surgidos entre 1925 y la actualidad (2012)”, agregó Federico Dávalos Orozco, técnico académico y profesor de asignatura adscrito a la Coordinación de Ciencias de la Comunicación de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales UNAM.
“Nos ocupamos los dos, en capítulos separados y desde perspectivas diferentes, de la transición del cine mudo al sonoro y de cómo se genera una nueva cultura audiovisual en México y de cómo se generan preocupaciones respecto a que si con el cine sonoro, por ejemplo, va a desaparecer el teatro, porque le va a competir al teatro, y de cómo se genera la idea de que el cine sonoro en tanto va a abrir la posibilidad de recuperar el color local, el folclor, la música, las canciones, el habla, va a abrir las puertas para que pueda surgir lo que definiríamos como un cine genuinamente nacional”, agregó Peredo.
Las revistas mexicanas, las primeras obras maestras de nuestra cinematografía, la transición del cine mudo al sonoro, el melodrama ranchero, la feminización y abnegación en el cine mexicano, el cruce entre el discurso fílmico y la literatura, son algunos de los tópicos abordados.
“El escribir, el reflexionar sobre lo que estamos viendo enriquece nuestra experiencia; entonces, puede ser una invitación a que todos también, no solo vean cine, sino piensen, reflexionen y escriban sobre cine; y contrastemos nuestras experiencias como espectadores”, concluyó.