Hace 3 años las mujeres mixtecas de Santa María Apazco, un municipio ubicado a tres horas de la ciudad de Oaxaca, sumaron esfuerzos para aprovechar los beneficios del maguey, una planta de la que pueden obtener aguamiel, pulque, gusanos para comer, pencas para cocinar la barbacoa o hasta insulina, azúcar que pueden consumir las personas con diabetes.
En 2014, recién egresada de la carrera de Ingeniería Forestal, en el Instituto Tecnológico de Los Valles de Oaxaca, Bibiana Bautista Gaytán se dio a la tarea de involucrar a las mujeres en el rescate de la producción del pulque, una de las tradiciones más importantes del municipio, y con ello comenzar la explotación de los beneficios del maguey.
De este proyecto para mantener viva la bebida prehispánica, considerada por los pueblos indígenas como un regalo de los dioses, nació la organización “Mujeres Milenarias”, una agrupación que hoy congrega a 30 mujeres y 10 hombres, según cuenta en entrevista Bibiana Bautista, ingeniera indígena de 28 años de edad, hablante de mixteco y especialista en el manejo de recursos forestales.
El pulque se cataloga como una bebida alcohólica pero a decir de esta dirigente social si se consume con medida es una bebida benéfica para la salud por su riqueza en hierro y calcio; además ha servido para que las mujeres de Apazco, en su mayoría adultas mayores que quedaron solas porque sus hijos migraron, aprovechen los bienes que da la tierra y obtengan ingresos económicos.
Con el pulque, este grupo de mixtecas se dio cuenta de que la producción no sólo corresponde a los hombres, que ellas también podían trabajar, por eso en la organización también hay madres que crían a sus hijos sin una pareja, porque en la búsqueda de ingresos económicos también encontraron la forma de conocer los terrenos de cultivo donde ya plantan frijol o maíz.
Bibiana Bautista comenzó a trabajar con el pulque desde el año 2010 cuando se integró a la organización de la feria regional del pulque que cada 6 de diciembre se instala previo a la fiesta patronal de la virgen de la Inmaculada Concepción, que se celebra el 8 de ese mes. Esa es la ocasión perfecta para vender y mostrar sus productos a los visitantes y hacer gala de los rituales indígenas.
Para llegar a estos días de fiesta, las mujeres ya trabajaron la tierra, ordenaron sus cultivos, extrajeron aguamiel del maguey y fermentaron el pulque. Las “pulqueras”, como se hacen llamar, aprendieron que hay que ser pacientes porque pueden pasar hasta 7 años desde que se planta un maguey hasta que está listo para ser productivo.
De la mano de Bibiana, las mujeres también se han vuelto expertas en sus plantas; las riegan, las podan, les quitan los ciruelos y las observan para ver cuándo crece la piña y están listas para ser trabajadas, con suerte un maguey les puede dar 40 o 60 litros del líquido dulce, blanco y espeso que servirá para deleitar paladares.
Ahora “Mujeres Milenarias” trabaja para crecer y llevar sus conocimientos a más personas; pero no sólo se dedican a hacer viveros de maguey, también promueven la conservación del medio ambiente, hacen recolección y separación de basura, apoyan la participación política femenina y los derechos de las mujeres.
Hija de una familia tradicional y con cuatro hermanos, Bibiana pudo quedarse en la Ciudad de Oaxaca pero decidió regresar a Apazco a fomentar uno de los oficios más importantes que pueden heredar las abuelas y los abuelos. Su meta es tener una microempresa que en el futuro pueda aprovechar otras cualidades de esta planta y sigue trabajando en ello.