No todo es como parece

Guillermo Robles Ramírez
Por Guillermo Robles Ramírez

Las medidas tomadas por las autoridades de la cabecera municipal de Saltillo, tras la modificación al Artículo 29 del reglamento municipal, en donde todas las personas que piden dinero en la calle o que se dediquen a la vendimia tienen que contar con un permiso de lo contrario serán remitidos al juez calificador para que se les aplique una multa.

Es normal que las reacciones sean opuestas ya que habrá quienes opinen que éstas personas no le están haciendo nada a nadie y solamente están ganando un dinero de manera “honesta”, preferible a que estén robando.

Sin embargo, no todo es así de fácil o con criterios humanistas porque por otro lado siempre nos estamos quejando que en nuestro país las leyes nunca se cumplen. Pero cuando esto sucede paradójicamente hay reacciones de molestia por parte de los ciudadanos u organismos desaprobando todo.

Para quienes ven a todas éstas personas vendiendo cosas o pedigüeños sean mexicanos o no, pero los últimos simplemente han encontrado un confort para vivir ya que tan solo en cuatro horas pueden llegar a ganar $500 pesos, con tan solo estirar la mano y poner una cara de lástima.

Cada vez va en aumento no solo en nuestra ciudad sino en muchas partes del país, convirtiéndose la cotidianidad del  paisaje urbano en donde en los semáforos o cruces de avenidas principales lucen con el camuflaje de muchos limosneros, en la que encontramos de todo, es decir, desde universitarios, extranjeros, indígenas, adictos o mujeres con niños a cuestas fingiendo enfermedades obteniendo un ingreso sin pagar impuestos, sin un patrón, horario, sitio fijo y lo que es peor sin ninguna ocupación específica más que el pedir.

Desplazando aquellos pordioseros, mendigos y las famosas “marías”, que con la simple vestimenta eran fáciles de distinguir, ahora ya extintos han sido sustituidos por aquel que calza tenis Nike, unos pantalones de mezclillas cortados con tijeras para fingir que están desgastados, aquellos que realizan actos circenses, bailan, el que escupe fuego, etc.

Solo para que tengan una idea de cuánto se puede ganar, ya hace varios años atrás un estudiante de Ingeniería de la Universidad de Veracruz publicó una estimación de lo que ganan los que limosnean en la calle.

Y esto es lo que dice: “un semáforo cambia, en promedio, cada 30 segundos. Por minuto, un limosnero tiene tiempo para recaudar mínimo dos pesos. Bajo este esquema, en una hora habrá reunido 120 pesos cada hora. Si trabaja ocho horas por día y descansa los domingos, el promedio de días laborados por mes de 25, lo que traduce en 24 mil pesos de ingresos por mes”.

Esto en teoría en cuanto a un mínimo ya que no falta aquellos misericordiosos que les dan no menos de 5 pesos, así que el sueldo de todos éstos nueva generación de pedigüeños reciben más al mes y sin tener que declarar a nadie fomentando únicamente el testículo.

También existen instituciones no gubernamentales como son aquellas que se hacen llamar “Casa del Migrante”, que solamente se enriquecen de los donativos y amparan a todos ellos que están fuera del margen de toda ley, y que estúpidamente se ponen a exigir derechos y adjudican inconstitucionalidades de gente migrante que ingresó a México de manera ilegal, es decir, cómo pueden defender derechos a un extranjero ilegal carente de todo derecho de exigir legalidad cuando están fuera de todo ello y en lugar de ayudar a estas gentes a regularizar su situación en nuestro país de manera legal para que puedan ocuparse en un trabajo a salariado y obviamente con prestaciones, les resulta más fácil gritar a los medios de comunicación que también tienen derechos a tener que hacer lo correcto.

Todos estos organismos no gubernamentales están incurriendo en un delito de encubrimiento y copartícipes de otros delitos pues con su apoyo a defender la instancia ilegal de todos los hondureños, salvadoreños y demás, que están siendo víctimas del crimen organizado y otros por iniciativa propia ingresas a las filas de los cárteles del narcotráfico, o bien, participan a la delincuencia del delito común.

Pero bueno, ya es muy sabido que las casas de migrantes, solamente hablan a lo “buey”, ya que aprovechan solamente unos cuantos segundos de fama para poder ser vistos y escuchados, aunque digan puras estupideces sin fundamentos para que digan que existen y continuar beneficiándose de todas las “ayudas”, que buscan para llenarse los bolsillos de dinero, o qué ¿piensan ustedes que todo lo declaran a alguna autoridad? (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013) www.intersip.org

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