Desafío: Hackeos para el 2018

Rafael Loret de Mola
Por Rafael Loret de Mola

*Hackeos para el 2018
*Chiapas entre “Patas”
*Aeropuerto, Escándalo
Si el sistema electoral estadounidense fue tan vulnerable ante la intervención de los llamados “hackers” rusos –hay quienes hablan de que la próxima guerra mundial será cibernética y para ello programan a niños y adolescentes a matar en pantalla-, ¿qué podemos esperar los mexicanos a la vista del proceso comicial de 2018? Seguramente nada bueno si observamos la desesperación de la cúpula gobernante ante el fenómeno de la izquierda que, por momentos, amaga con unirse mientras, en otras perspectivas, Miguel Ángel Mancera Espinosa, jefe de gobierno de la Ciudad de México, intenta, a toda costa, detener la tendencia aún a sabiendas de sus escasas posibilidades de victoria.
Más que en ninguna otra época, el acecho de los alquimistas y anti-demócratas es brutal. Me resulta inexplicable, por ello, la tranquilidad con la que Andrés Manuel, quien va en punta pero nunca con una aprobación superior al 35 por cierto –en cualquier caso la mayoría de los electores no optará por él, lo que no debemos perder de vista para evitar caer en los juegos de palabras manipuladores-, cuando es experimentada víctima de los recurrentes vicios del sistema político mexicano que acaso culminan en los órganos rectores de las contiendas comiciales, sobre todo en el INE, en donde los escrutinios cambian con la avidez de los alquimistas.
¿Es razonable, insisto, que quien más ha sufrido por las “reglas” del juego extraoficial, López Obrador, se atenga, por tercera vez, a las mismas cuando ha experimentado la inutilidad de mantener en plantón a miles en 2006 –aunque la mayor parte fueran mercenarios-, y manifestarse contra bonos y despensas repartidos por el PRI en 2012 pero ya sin la intención de alterar el orden posibilitando con ello la asunción de peña nieto sin mayores descalabros salvo la lluvia de billetes falsos a la hora de entrar a Congreso y ocupar la tribuna? Me resulta muy difícil explicármelo aunque revienten de ira sus incondicionales dispuestos a justificarlo todo sin el menor reparo y en ausencia de la propia dignidad.
Claro está que en todo ello existe una poderosa razón y no es sólo ingenuidad por parte de los estrategas de MORENA. Si, desde hace once años, conocen los derroteros políticos y han observado que, pese a liderar las justas no les alcanza para ganar la mayoría absoluta, igualmente ponderan la posibilidad de que una segunda vuelta –lejana utopía por la cerrazón de los legisladores y la ausencia de iniciativas peñistas, si bien calderón se atrevió a sugerirla sin respuesta ni seguimiento-, sería catastrófica para a izquierda porque el PAN y el PRI podrían unirse para darle un traspiés a Andrés Manuel.
Sin embargo, tal posibilidad se va diluyendo mientras el tiempo corre, sobre todo ante la posibilidad de que sea el PAN, posiblemente con Rafael Moreno Valle, el góber-bala –lo de la señora “calderona” va perdiendo fuerza-, quien pudiera quedar como segunda fuerza excluyendo al PRI de una nueva confrontación lo que pondría a la clase política y sus patrocinadores, muchos de ellos cabecillas de las bandas criminales o empresarios con vínculos con éstas, de cabeza, lo que sólo podría beneficiar los intereses de la Casa Blanca y su alocado huésped… perentorio.
En aguas más revueltas, ganan los pescadores que le han hincado los anzuelos a las riquezas inagotables de nuestro subsuelo. Caramba, deberíamos ser una potencia por ello y sólo somos un satélite que patalea como presunto ahogado de la mano de la traición y la corrupción de los políticos, de todos los partidos, dispuestos a sacar raja de los desórdenes y luego esconder las manos. No olvidemos el drama de Ayotzinapa y el peligroso caldo de cultivo perpetrado por el peñismo con el aval de un PRD, entonces, maniobrado por quien se postula como impoluto con una larga cola detrás.
Es curioso: sin segunda vuelta, las posibilidades de triunfo de Andrés Manuel crecen una barbaridad porque puede asirse a las preferencias de tres o cuatro votantes y, si consideramos a los empadronados, de uno entre cada cinco mexicanos en edad de sufragar. Una democracia de papel desde su planteamiento; pero lo mismo ocurriría de ser otros quienes pudieran alcanzarlo y vencerlo, sea el PAN o incluso –lo que me resulta odioso siquiera pensarlo-, el destazado PRI cuyas miserias son tantas como el loco afán de continuismo con el rechazo de nueve de cada diez mexicanos. Sólo un pueblo masoquista y manipulado puede caer en semejante abismo.
En este entorno, el mayor riesgo para la MORENA de Andrés Manuel no es el fraude potencial sino, desde luego, el caos que podría propiciar una intervención militar en forma alentada por el señor de los cabellos naranja que duerme en la Casa Blanca rodeado de lujos y deslumbrado por los colores dorados que exaltan su poder económico aunque haya perdido casi un tercio de su fortuna con tal de alcanzar el poder político; para él, como están las cosas, no es difícil compensarse como sea aun cuando recurra a actitudes de patán y misógino dejando de darle la mano a la poderosa canciller alemana, Ángela Merkel, para luego intentar desplazarla; el odio de Trump por la humanidad es tanto que acaso desearía cambiar la estatua neoyorquina de la Libertad –regalo de Francia- con una esfinge suya con oropeles romanos.
Lo anterior surge de la torpe declaración, no podría ser de otra manera, del secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong –quien todavía cree en la utopía-, en el sentido de que un exabrupto de Andrés ante el señor Antonio Tizapa, padre de uno de los normalistas desaparecidos, pidiéndole que hablara con el ejército y con peña para dilucidar sus dudas sobre la intervención de López Obrador en la imposición de los diabólicos Abarca de Iguala y de Ángel Aguirre Rivero –quien negoció su salida del gobierno de Guerrero a cambio de asegurar la carrera de su propio orgullo nepotista-, representaba una descalificación impropia, grosera e imprudente de quien pretende erigirse en “comandante supremo” de las fuerzas armadas.
Este es el punto: en el caso de un triunfo de Andrés, la apuesta del establishment es que los mandos castrenses no lo respalden por sus señalamientos actuales, salvo que cierre la boca y deje de poner en entredicho a las descalificadas instituciones a las que ya mandó al diablo en 2006. De nada le valen, en este sentido, los apoyos populares que suelen disiparse, hasta hoy, con la “medicina del tiempo”; esto es, al transcurrir los meses, la fuerza del colectivo amaina como sucedió ya con las protestas por el alza injustificada de las gasolinas y la parodia de rebajar un centavo para luego subir dos a los precios.
Lo dicho: Andrés Manuel, puntero hasta hoy, está metido ya en la trampa tendida por sus enemigos y debiera exigir salidas válidas para no dejar a sus adeptos, como hace seis y doce años, con un palmo de narices.
Debate
Chiapas se revuelve por la malsana intervención del centro. No parece ser suficiente las subversivas acciones del perverso Pablo Salazar Mendiguchía –acusado y sentenciado por el asesinato de catorce de los niños muertos por negligencia en Comitán-, quien hace alarde de su fuerza para volver a manejar a las sectas estadounidenses como si se tratara de ejércitos no de salvación; además, se introduce, desde ahora, la supuesta candidatura al gobierno –que renovará en 2018-, de Roberto Albores Gleason, hijo de quien fuera mandatario interino, con el apoyo de la fuerza bruta del priísmo bruto, entre ellos Emilio Gamboa, José Narro Robles –quien no aprende la lección de la obediencia partidista-, Aurelio Nuño Mayer, de nuevo “delfín”, y Miguel Ángel Osorio Chong. ¡Ah! Me olvidaba mencionar al “iraní” Enrique Ochoa Reza, “presidente” nacional de este partido.
Todos ellos se reunieron en la pomposa boda de Albores Gleason en la hacienda Tekit, en Yucatán, donde fueron convocados un amplio espectro de chiapanecos distinguidos dispuestos a comerse el postre antes de que se sirva la sopa. Con ello pretende amarrarse al mandatario de la entidad, Manuel Velasco Coello, cuya juventud ha sido un motivo para descalificarlo a diario además de algunos errores manifiestos como los saldos negativos de las elecciones locales en donde la capital de la entidad fue arrebatada al PAN. Un galimatías extremo.
De tal suerte, el partido Verde queda al arbitrio de los lobos priístas agazapados y listos a tratar de no perderlo todo en 2018 así sea a costa de desestabilizar la entidad lavando pactos soterrados con Andrés Manuel cuya pieza toral es Salazar Mendiguchía, con todo y sus antecedentes penales –se mantuvo en la cárcel casi dos años y fue indultado por miedo a sus reacciones posteriores-. Como en Iguala, Guerrero, o Coahuila, en donde apoya a un empresario carbonero y antimoreirista para venderle el favor al PAN.
Es un círculo diabólico más.
La Anécdota
Ahora resulta que el pomposo nuevo aeropuerto, diseñado por Norman Foster y Fernando Romero –yerno de Carlos Slim Helú-, entrará en auge para ¡2065! Casi medio siglo de distancia, suficiente para tomarle el pelo a varias generaciones de mexicanos manipulados.
Todo ello acaso como compensación al señor Slim quien perdió casi la mitad de su fortuna por las reglas de Telecomunicaciones en los meses anteriores cayendo hasta el sexto lugar entre los multimillonarios del planeta luego de varios años de encabezar la lista. Esto me tiene, de verdad, preocupado; y por ello propongo a cada mexicano aportar una buena cantidad per cápita para devolver a Slim lo perdido y tratar así de que recupere el campeonato de los más ricos actualmente en poder de Bill Gates, el campeón de la cibernética.
Lo que en el mundo es una aberración suele convertirse en dogma en nuestro país.
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La política, cuando se enreda, va hacia el abismo. No queda la menor duda de que los partidos tocan techo y los mexicanos se hartan. Sin embargo, hay quienes van por la vida con los ojos tapados… como los jamelgos de los picadores.

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