Ciudad de México (N22/Karen Rivera).- Para Carlos Pellicer pintar es hacer poesía con formas y colores. Con más de 50 años de trabajo, el ilustrador mexicano utiliza la encáustica, técnica que tiene como base la cera de abeja para fundirla en superficies de madera y con ella dibujar versos. Esta labor se puede observar en la exposición Encáusticas, que Pellicer López presenta en el Centro Cultural Estación Indianilla.
Inaugurada desde el 1 de abril, la muestra reúne 39 obras, entre ellas Jardín del Pedregal, Ventana al otoño, Ventana a la melancolía, Paisaje de bodas y Acorde Nocturno, son algunos de los 39 cuadros que componen la muestra y en los que Pellicer imprime caminos, obras y lugares que observa en su paseo por la vida. Y aunque los paisajes en verde son sus preferidos, el pintor prefiere plasmarlos utilizando su variada paleta de colores. Encáustica presenta paisajes y figuras geométricas abstractas, “desde que yo empecé a pintar, hace muchísimos años, en el siglo pasado, desde luego, lo que más me ha llamado la atención es el paisaje […] También busca uno encontrar el paisaje en otras cosas y en otras formas, entonces a veces los cuadros pueden parecer abstractos, pero si se ven con un poquito de calma dentro de los cuadros más abstractos que hay aquí, hay fragmentos de paisaje.”
Nacido en la Ciudad de México en 1948, Pellicer López ha participado en diferentes exposiciones dentro y fuera del país. Sobrino del poeta Carlos Pellicer, el artista plástico señaló confirma la influencia que el trabajo de su tío ha ejercido sobre el propio: “Voy tratando de encontrar el camino del cuadro, como decía el poeta, las palabras con ritmo, camino del poema, eso es lo que uno está tratando de encontrar, esas palabras con ritmo que son las que lo llevan a uno finalmente a pensar que en un momento uno se retira del cuadro y dice ‘ya, ya no más […] En los títulos de algunos cuadros como un juego, como una broma, cito algún poema o me refiero a algún poeta, por eso por mi gusto por la poesía escrita.”