El pan nuestro de cada día, tanto para las autoridades municipales, pero sobre todo para los ciudadanos que son quienes lo sufren más, es el robo de los autos, casas, comercio y bancos.
Aquellos delitos considerados como fuero común se han incrementado más, sobre todo en aquellas localidades en donde operativos del Ejército Mexicano y la Marina, han intervenido para atacar a los grupos criminales de la delincuencia organizada principalmente los narcotraficantes.
También se le tiene que reconocer a aquellos grupos estatales de seguridad de élite, especializados para conservar aquellas entidades que una vez limpios del crimen organizado del narco, han mantenido en orden aquellos lugares.
Cuando existen este tipo de operativos en donde golpean duramente a la delincuencia organizada, se le conoce como “efecto cucaracha”, en donde la lucha en conjunto con elementos federales y estatales logran fraccionar a estos grupos delictivos reduciéndolo tanto que aquellos criminales no capturados escapan buscando alguna otra entidad en donde su vulnerabilidad sea la falta de seguridad.
Pero por desgracia no todos se van sino que hay algunos criminales de bajo rango que prefieren quedarse, pensando que son unos “chicos malos”, por el haber pertenecido a “X” banda y se aventura a probarse como independiente pero siendo otra la realidad en donde a lo más que llegan es en convertirse en ratas de dos patas, cometiendo puros robos del fuero común pero de manera más agresiva, ya que si antes amedrentaban con una navaja, ahora lo hacen con una pistola o cualquier otra arma de alto calibre o bien de uso exclusivo del ejército.
Armamento sobrante que no fue decomisada por las autoridades, son ahora las herramientas de trabajo de los nuevos delincuentes, personal remanente del crimen organizado que ahora solo tratan de sobrevivir por gustarles la vida fácil de ganar el dinero.
Es un argumento que no solo tiene su lógica, sino que en apariencia tiene una justificación ante los ciudadanos, siendo ahora éste el pretexto tanto de autoridades locales y estatales de los diferentes municipios del país.
Cierto o no ese argumento, al final del día quienes pagan los platos rotos es la ciudadanía quien a diariamente tiene que estar lidiando con los criminales del delito común quienes salen impune de cualquier castigo porque nunca son atrapados y por otro lado las autoridades con sus tan trillados argumentos en donde no niegan el incremento, pero siempre en sus declaraciones existe el reconocimiento sobre las fallas y la falta de estrategias en seguridad pública.
No siendo suficiente con ese consuelo de tontos, todavía le agregan a la justificación: “…nuestra entidad no es la única en el país, sino que este problema lo sufre todo el país”.
Para las autoridades es correcto que todo el país esté sufriendo de los altos índices y robos que suceden en bancos, comercio, casas, etc. Le suena familiar los siguientes diálogos; “no somos los únicos”, “estamos estudiando y viendo otras estrategias que garanticen el retorno de la seguridad para los ciudadanos en general”, y la más trillada de todas es esta: “los delitos del fuero común se han ido hacia arriba a raíz de los golpes que se ha dado a la delincuencia organizada”; esta ultima la usan mucho como la justificación de que están trabajando.
Siempre habrá alguna justificación para los incrementos de robos como es la falta de elementos policiacos y patrullas, ya que muchos de ellos se han ido incorporando a la lucha del crimen organizado, pero curiosamente también siempre se encuentran contratando a más elementos y ahorita se encuentran nuevas generaciones que están capacitando adecuadamente.
Salen viejos ediles y después entran nuevos o viceversa, pero la historia no cambia en donde usan siempre las mismas justificaciones en donde ahora sí que aplican lo tan expresado por los mexicanos, “mal de muchos, consuelos de tontos”. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013) www.intersip.org