Ciudad de México (N22/ Salvador Perches).- La red de Fábricas de Artes y Oficios (Faros) es un proyecto que inició en el año 2000 para crear alternativas culturales gratuitas en la zona oriente de la ciudad. Esta propuesta trascendió Iztapalapa, donde inició el proyecto con el Faro de Oriente, y ha llegado a otras localidades, como Milpa Alta, Tláhuac, Indios Verdes y Aragón.
Por otra parte, el Cine Corregidora, ubicado en la primera sección de la Unidad San Juan de Aragón, recupera su vocación cinematográfica porque ahora alberga al Faro Aragón.
“En los ochentas era un gran cine del Distrito Federal, en aquel entonces, alojaba a dos mil 300 personas, se dice que tenía entre tres y cuatro mil butacas, era un cine que podría albergar a miles de familias al mismo tiempo. Después, fue abandonado durante varios años y en un trabajo de recuperación la Secretaría de Cultura comienza la remodelación del inmueble y lo convierte en uno de los cinco Faros que actualmente existen en la ciudad”, dijo Manuel Trujillo, director del Faro Aragón.
El Faro está absolutamente vinculado con todas las instancias cinematográficas del país: la Universidad Nacional Autónoma de México, la Cineteca Nacional, PROCINE, la Comisión de filmaciones de la ciudad de México, y por supuesto el IMCINE.
“Nos parece una iniciativa que nos acerca mucho a la gente y, en ese sentido, uno de los objetivos del IMCINE es estar cerca de la gente, del ciudadano, poder brindar la oferta de lo que producimos”, explicó Jorge Sánchez Sosa, director IMCINE.
“Trabajamos en conjunto con todas esas instituciones para tener una cercanía con todos estos actores cinematográficos del país, no nada más con los jóvenes y con la gente que está haciendo cine actualmente, sino con las instituciones que apoyan y que dan pie para que se haga un cine de calidad que es lo que merecemos en estos tiempos”, agregó Manuel Trujillo, director del Faro Aragón.
El Faro Aragón, el más joven de la red, fue inaugurado el 17 de junio de 2016 con la exposición Y el Ariel de oro es para. Las Instalaciones se encuentran habilitadas con rampas de acceso, barras de apoyo, guías táctiles y un elevador para asegurar la accesibilidad universal.
“Hay espacios que son multiusos como el lobby, tenemos la galería, el libro club, la ludoteca; tenemos un área de talleres manuales en el mezanine. En la parte de arriba hay un escenario principal donde hemos tenido cine pero también tenemos conciertos, danza, teatro; tenemos un salón hermosísimo de duela que es el Salón Cuerpo, un aula digital, un salón teórico, una sala de cine y las terrazas funcionan como galerías”, explicó Alejandra León, coordinadora de servicios comunitarios.
Este espacio no sólo está destinado al espectador, también está pensado en la formación y la capacitación.
“La mayoría de nuestros talleres tienen que ver con lo audiovisual, con la cinematografía, pero también con las nuevas tecnologías y las nuevas narrativas, los nuevos medios, el cine, el Internet, así como las nuevas formas de hacer televisión”, agregó Trujillo.
El Faro Aragón también funciona como sede de diferentes festivales como el FIC Morelia, el GIFF Guanajuato, FICUNAM, Ambulante, y también alberga festivales pequeños que tocan temas como el video arte, la equidad de género y los Derechos Humanos. Su pantalla está abierta permanentemente a propuestas cinematográficas y audiovisuales. Amén de que todas las actividades son gratuitas.
“Tenemos la filosofía de la gratuidad, de la democrática incluyente, nosotros damos un servicio cultural educativo de artes y oficios. Faro significa Fábrica de Artes y Oficios, para todas las edades y para todos los estratos sociales; hay actividades para niños, para jóvenes y para adultos hombres, mujeres”.
Tras ser abandonado por más de 20 años, el Cine Corregidora se ha transformado en un recinto especializado en la cultura audiovisual, con la visión más actualizada y moderna de toda la red de Faros, además el Faro Aragón hereda el nombre original y los proyectores originales del recinto.
“Ha sido una experiencia bonita, ha crecido mucho, el Faro ha tenido mucha aceptación en la comunidad, no hay un espacio como éste en esta zona de la ciudad, hacía falta tener una oferta cultural y qué mejor que un Faro”, concluyó León.
El piloto surgido en el año 2000 en Iztapalapa ha crecido a tal velocidad que, en tan solo 15 años, rinde frutos en artes visuales, escénicas, música, comunicación y oficios como la carpintería y el grabado. Gracias al más joven de la familia, ahora se añaden productos audiovisuales.