Ciudad de México (N22/Fernando Salinas).- Durante la colonia México y sus habitantes sufrieron múltiples transformaciones a partir de la mezcla de razas que, con el paso del tiempo, dieron origen a diversas corrientes artísticas. Se presume que el son jarocho surge como parte de esta mixtura sociocultural con raíces cubanas afrodescendientes. La expresión musical marca su origen a finales del siglo XVIII y principios del siglo XIX en Veracruz, estado donde el intercambio comercial a través de sus puertos es predominante.
Aunque el son jarocho ha acompañado fandangos y festividades propias de la región, poco a poco amplió sus horizontes a otros lugares del país. Esto ha resignificado su interpretación y su sonido dando pie al surgimiento de agrupaciones contemporáneas como Moros y Cristianos, que a pesar de tener distintas influencias mantiene la tradición del son jarocho.
En entrevista para Agencia N22 el músico Omar Durán explicó: “Para nosotros el son jarocho es nuestro lenguaje común por el cual nos juntamos a hacer música y a partir ese lenguaje, explorar otros y crear uno nuevo, ya con otros elementos que salen del son jarocho, como la instrumentación, como la selección de piezas. Actualmente lo que está haciendo Moros y Cristianos no es un grupo de son jarocho, es un grupo de música mexicana.”
La agrupación la integran Paco Sandria (jarana/percusiones/voz), Javier Cilveti (guitarra/requinto/voz), Omar Durán (marimba/percusión/voz), Javier Moreno (bajo eléctrico) Luis Govea (acordeón/voz), Rubén Pérez, (jarana/percusiones/voz), Juan Pablo Sosa, (zapateado/percusiones) y Fernando Romero (ingeniero de audio). Su trabajo a través de ocho años de carrera les ha permitido evolucionar y definir un estilo propio.
-¿Cómo consideran el avance de la agrupación en este tiempo?
-Nuestra relación es como de matrimonio, como todo matrimonio va cambiando primero es mucho amor y ya después empieza lo serio. Ha habido evolución obviamente. La música se vuelve cada vez más compleja y más propia del grupo; la definición, el sello del grupo cada vez están más marcados en cada pieza que estamos trabajando.
Javier Cilveti menciona que el eje musical que han trazado está conectado por el canto y los bailes tradicionales. “Nosotros fluctuamos en una serie de edades donde nos tocó compartir generación, un momento ya avanzado y de auge de lo que se le llama el movimiento jaranero.”
-¿En qué más basan su creatividad?
-De alguna manera en nuestra experiencia musical nos vimos influenciados por esta ola de difusión y expansión de las maneras de aprender el son, de las maneras de bailarlo, de pensarlo, de cantar, asistencia de fandango, asistencia de talleres posteriormente de alguna manera impartiéndolos, con conciertos didácticos, talleres directamente de enseñanza musical.
Según Paco Sandria, la música tradicional normalmente se aprende de voz a voz a lo largo de generaciones. Sin embargo, la influencia de otros géneros sugiere la implementación de música académica en sus melodías.
-Normalmente se enseña por repetición, por imitación. Los padres les enseñan a los hijos, los abuelos, a los nietos y siempre hay esta parte de aprender escuchando y poniendo atención. La música académica tiene un proceso mucho más desarrollado. En México la influencia occidental, entonces esta música se estudia, como estudiaron mis compañeros. Son lenguajes distintos, pero pueden converger con lo que hacemos.
Ofrenda (2010) y Notas de viaje (2016) son los dos materiales discográficos que ha producido la agrupación a lo largo de estos años de carrera, siete en total. “En el primer disco está más marcado el son jarocho, hay muchas piezas de son que tienen sus arreglos, pero siguen siendo casi todo de son jarocho”, mencionó Omar. En su última producción discográfica el grupo incluyó piezas originales, con arreglos “más sofisticados” y más complejos tanto en cuestión musical como en técnica.
Moros y Cristianos se enfrenta a la inclemencia de la música comercial, aun así, se mantienen de pie y siguen en busca de que su música llegue a nuevos públicos: “Cuando algo te apasiona no importa si pasó un año o diez años si sigues haciendo lo que te gusta, si sigues en el camino de lo que crees que es lo correcto. Eso es algo colectivo en los músicos tradicionales”, finalizó Omar.