Isla de Hornos, Chile, 24 abr (PL) Después de extasiarse la vista con los «Dientes de Navarino» en los contornos de Puerto Williams, o los glaciares de la Antártida, se supondría que la naturaleza tiene pocos espectáculos superiores por ofrecer.
Empero, la navegación en la madrugada de siete horas hacia Isla de Hornos, nos hará nuevamente cambiar de idea. Un paso más hacia el fin del mundo, en el extremo sur y dentro de la Región de Magallanes y la Antártida Chilena.
Los pináculos que asemejan picos dentados conforman los Dientes de Navarino. Son una invitación al senderismo pero en muy duras condiciones, bajas temperaturas y nieve, en el trekking más austral del orbe.
Nuevos milagros nos acechan en la Isla de Hornos, parte de las islas Hermite en la entrada del Continente Blanco. Viajamos en el buque Isaza de la Armada de Chile como parte de una expedición de científicos y periodistas.
Habitada hace más seis mil años por las comunidades indígenas yámanas (yaganes) o probablemente kawesqar, la Isla de Hornos fue también célebre por una disputa de soberanía de Argentina con Chile hasta la firma del Tratado de Paz y Amistad de 1984.
En definitiva quedó en manos de Chile y su superficie de 30 kilómetros cuadrados es uno de los tesoros de la Reserva de la Biosfera Subantártica de Cabo de Hornos, un programa con el apoyo de la Unesco.
De la época terciaria igual que Tierra del Fuego, lo que hoy parece una hazaña tecnológica con embarcaciones manejadas con GPS, en el pasado los sencillos y pacíficos indígenas yaganes eran capaces de andar por estos mares en rústicas canoas.
Conversar con la abuela Cristina, única descendiente directa de los yaganes residente en Puerto Williams, sus hijos, nietos y bisnietos, nos recuerda que esta comunidad prácticamente en extinción reconoció estos parajes sin mapas ni brújulas.
Cazadores y pescadores, se alimentaban de lo que le proveía la naturaleza, actualmente reducidos a unos 70 u 80 descendientes consagrados básicamente a la artesanía. En su lengua materna no existen los vocablos policía, robo y crimen.
En Isla de Hornos visitaremos la Red de Sitios de Estudios Ecológicos a Largo Plazo (LTER-Cape Horn), que monitorea el cambio climático global a través de ecosistemas marinos y terrestres.
Isla de Hornos, un paso más en el fin del mundo
Por Fausto Triana