Por Guillermo Robles Ramírez
Se dice que todo cambio es bueno, o al menos siempre hay que buscarle el lado positivo de las cosas. Aunque para esto represente para muchas otras personas la negación al cambio, sin embargo, no hay nada malo de ello ya que se puede mantener la esencia.
Lo mismo sucede con las ciudades cuando existen transformaciones en su avenidas, calles y edificios, con el pasar del tiempo sea la misma modernidad o embellecimiento de la ciudad los cambie.
En el caso de la ciudad de Saltillo, es una cabecera municipal que está llena de muchas leyendas e historias originadas desde la antigua villa de Santiago del Ojo del Agua fundada por el capitán Alberto del Campo en 1577 y al igual que muchas poblaciones de nuestro país sus raíces siempre serán por la importancia geográfica que lo haga posible para poder ser habitada. En algunas localidades se ven favorecidas por el clima idóneo para la agricultura, ganadería, en otras el comercio, la industria o la artesanía, pero cada núcleo urbano va teniendo su propia forma y característica que lo va distinguiendo de las demás.
Pero todas las ciudades comparten el mismo común denominador; el crecimiento, la modernidad y el progreso; Saltillo no fue la excepción creciendo con el tiempo casas, edificios, vialidades, industrias, así como sus otros elementos que conlleva una urbe como el ruidoso tráfico vehicular pero en el caso particular de “La Atenas de México”, conocido así el municipio por la gran cantidad de ilustres saltillenses que ha tenido algo muy peculiar distintivo de aquí; su sabor provinciano que tanto alcaldes y gobernadores pasados que han tratado de mantener diferentes programas para la conservación del Centro Histórico, donde se encuentran la mayor parte de las construcciones antiguas engalanando la ciudad.
La remodelación del Centro Histórico de Saltillo, más drástica fue hecha por el exgobernador Humberto Moreira, principalmente de la calle Victoria recuperando la imagen colonial para el deleite de los saltillenses, así como sus visitas de diferentes partes de la república, como también turistas norteamericanos. Dentro de las labores de rediseño se incluyeron la subterranización de los servicios de agua potable, electrificación, red de gas natural, y red general de teléfonos, inspirando así un ambiente más colonial porque dichos servicios no existían en aquella época.
Otro de los elementos compartidos en todas las ciudades del país es que van creciendo de manera desordenadas no siendo hasta al pasar los años cuando el departamento de Planeación y Urbanismo, de cada municipio va poniendo en orden las localidades teniendo una doble labor en tratar de corregir errores y costumbres que los mismos habitantes fueron creando.
En el caso de la capital de Coahuila la Comisión de Urbanismo, Obra Pública y Centro Histórico, en conjunto ya empezaron a preparar modificaciones dentro del Reglamento de Desarrollo Urbano y Construcción para que aquellos edificios dentro del área marcada en esta zona cuenten con sus espacios suficientes para estacionamiento vehicular dependiendo de los metros cuadrados del local o establecimiento.
Mas no obstante, hay quienes se rehúsan todavía al cambio a pesar de los años pasados desde la última remodelación drástica del Centro Histórico, pues hay quienes todavía buscan los cajones exclusivos por las avenidas principales en la cual ahora lucen todo un pasillo lleno de obstáculos para que no nadie se estaciones más que los dueños, y los proveedores de las mismos locatarios suben sus vehículos de descarga sobre las mismas banquetas siendo otro obstáculo más tanto para el peatonal que solamente le saca la vuelta lo mismo que los elementos de seguridad pública municipal, siendo también para ellos lo ven como algo normal. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013) www.intersip.org