Desafío: Cuidado con la Furia

Sólo faltan diez días, siete para hacer proselitismo cargado de descalificaciones y hasta amenazas, para la jornada comicial en Coahuila, Estado de México, Nayarit y Veracruz –en ésta sólo para renovar los ayuntamientos y el Congreso local-. El clima esta enrarecido porque se huelen los intentos de fraude –la subasta de sufragios ha estado en su apogeo-, que podrían culminar con un secuestro de los escrutinios con el presidente consejero del Instituto Nacional Electoral aduciendo que no es cosa suya sino de los organismos estatales el debido proceso hasta llegar a tribunales.
Se puede prever, por tanto, que se nos avecina una larga rebatiña poselectoral, fruto de la parálisis legislativa que, una vez más, se negó a conocer iniciativas sobre las segundas vueltas electorales, la disminución del exceso de representatividad y una mayor equidad para quienes, construyendo liderazgos naturales, desprecien a los partidos y enarbolen banderas independientes. En el caso del Estado de México, quienes tuvieron este signo, como la deplorable Teresa Castell, entregada estructuralmente al priísmo cavernario que asuela a esta entidad sin remedio.
Si el PRI se inclina por un fraude –o por cantar victoria a pesar de las trampas conocidas como el tianguis de votos que a no resulta eficaz en la intimidad de las casillas-, es seguro que la reacción opositora será escandalosa y devastadora incluso, como en los escenarios de Michoacán, en 1992, o San Luis Potosí, en 1991, con el doctor Salvador Nava Martínez, quien fallecería un año después de encabezar una histórica marcha de protesta que no llegó a su fin porque el supuestamente “electo”, el barbaján priísta, y entenado y vocero que fue de luis echeverría, Fausto Zapata, debió renunciar a los pocos días de su asunción sin haber pisado el palacio de Gobierno.
Hay precedentes, entonces, de lo que puede ocurrir si se impone al priísta en contienda en esta hora en la cual la sociedad tiene mayor madurez y más amplio conocimiento de los entuertos de la política y de las claves de la elección; Andrés, por ejemplo, mueve ficha y esta gubernatura le daría suficiente oxígeno para mantener su caudal de cara a las elecciones federales de 2018. Por supuesto, no cederá a los embates oficialistas aun tratándose de la entidad emblema del peñismo… que, al parecer, también ya le dio la espalda.
Más grave será constatar que quien triunfe lo hará debajo del nivel del treinta por ciento de los votantes lo que reduce el espectro considerablemente si, como se teme, cuando menos la abstención podría lindar entre el cuarenta y el cincuenta por ciento. Ello significaría que cualquiera que gane tendría sólo el respaldo del 15 por ciento de la ciudadanía; halamos de un horizonte crítico, irreversible, como parte del incendio nacional.
Pero, ¡ay de aquel que ose elaborar un plan fraudulento para el Estado de México! Y lo mismo puede decirse de Coahuila –contaminada además por el efecto Moreira que es sinónimo de cinismo y farsa-, y Nayarit. De ello conversaremos mañana.
La Anécdota
Me encontré con Marco Antonio Gutiérrez, priista de viejo cuño y frustrado precandidato al gobierno de Tamaulipas –perdí la cuenta de sus postulaciones fallidas, cuando menos tres-. Al saludarlo no pude contenerme:
–¡Caramba! En esta mesa –donde sólo había amigos de Saltillo-, me he permitido hablar muy mal del PRI.
–No importa –replicó-, es ahora el deporte nacional.
–Te equivocas –repuse- es el desfogue general. ¿O acaso creías que la nación no le cobraría jamás al PRI sus infamias?
Espero que los coahuilenses no me defrauden.
– – – – – – – – – – – – – –
E-Mail: loretdemola.rafael@yahoo.com
Búsquenos en Facebook con VIDEOS y MENSAJES cada día.