La Habana (PL) El verano cubano sumamente cálido en julio y agosto augura que las playas ocupen un espacio significativo en el turismo insular, no solo para los lugareños sino para viajeros extranjeros que gustan de este destino.
Dado ese interés, se pone sobre el tapete una variedad y elección de las más sobresalientes que atrapan no solo por sus encantos y arenas finas, sino por leyendas y casi que misterios.
Cuba tiene coherencias perfectas en sus más de 200 playas de entre las que pueden destacarse la muy renombrada Varadero, las del este capitalino, o las de cayos virginales.
De los 588 kilómetros de playa que existen en la nación caribeña, hay 256 como parte de 12 regiones turísticas principales, con buenas instalaciones hoteleras y náuticas, zonas de reforzamiento de los planes de desarrollo recreativo.
Las playas cubanas, además de ser centro de recreo, tienen una infraestructura que permite las prácticas de diversos deportes como velas ligeras, motos acuáticas, kayac, snorkeling y buceo.
Entre las playas más conocidas de Cuba se encuentran algunas como prolongación de la urbe capitalina. Consisten en una extensión especial de arena y mar a unos 20 minutos de viaje en automóvil desde cualquier hotel de la capital.
Varios son los nombres que aparecen en orden, desde que se avanza, atravesando el Túnel de La Habana, acompañados por un paisaje muy grato de costa, por donde se encuentran los barrios periféricos de La Habana del Este, Alamar y Cojímar. Poco más allá aparece la silueta arenosa.
Se trata de por lo menos 18 kilómetros de balnearios con muy buena infraestructura hotelera y de recreo, sobre todo para la práctica de deportes náuticos. Las playas se nombran Bacuranao,Tarará, Mégano, Santa María del Mar, Boca Ciega, Guanabo, y un poco más lejos, en la misma línea del litoral, Arroyo Bermejo.
Aunque resulta muy fácil disfrutar de esta zona estando hospedado en cualquiera de los hoteles de La Habana, propiamente en el área playera se encuentran establecimientos adecuados, además de una gama de apartoteles e instalaciones más pequeñas, pero todas de muy buenas condiciones.
Pero Varadero -ubicado en la occidental provincia de Matanzas- es la verdadera reina de todas. Constituye, sin lugar a dudas, el balneario más famoso y distinguido de los cubanos conocidos en el mundo; por lo menos, ese es el parecer de muchos extranjeros que visitan la mayor de las Antillas con frecuencia.
Se trata del polo turístico de sol y playa por excelencia de la isla, con una infraestructura hotelera apropiada y en crecimiento, además de condiciones creadas para la práctica de muchos de los deportes náuticos.
Varadero se encuentra en una lengüeta de tierra nombrada Península de Hicacos, cuyo punto más septentrional, Punta de Morlas, es a su vez la zona más norteña de toda la Isla de Cuba.
Esta playa, también conocida como la Playa Azul, se encuentra a unos 140 kilómetros hacia el este de la capital y tiene muy buenas vías de comunicación.
En Varadero hay tres marinas: Dársena Varadero, Chapelín y Gaviota, esta última en el extremo de la Península, y actualmente la mayor, donde existe un embarcadero y alojamiento impresionantes (Gaviota Marina Varadero). Por ello son habituales las prácticas del yatismo, las excursiones en veleros y catamaranes, y el buceo.
Como curiosidad, la prolongación de la Península de Hicacos se compone de por lo menos 10 cayos menores, uno de ellos Monito, donde cada año anidan colonias de gaviotas.
En materia de hoteles se encuentran los Meliá Varadero y Meliá Las Américas, Sol Palmeras, Bella Costa y Tuxpan, Las Morlas, Hotel Internacional de Varadero, y Oasis, junto a una amplia gama de novedades.
Otro ejemplo es Cayo Coco, que está a la cabeza de una serie de islotes muy populares ubicados en la cayería centro-norte de la isla. Esa zona se denomina Jardines del Rey. Además de Cayo Coco se encuentran Cayo Romano y Cayo Paredón Grande.
Un atractivo fundamental son unas 15 mil parejas de flamencos y otros animales típicos de esa zona, donde se encuentra una barrera coralina a la cual se puede acceder mediante embarcaciones.
Cayo Coco tiene 370 kilómetros cuadrados, y se une con la tierra firme de la provincia de Ciego de Ávila, a la cual pertenece, por una vía de 17 kilómetros de largo sobre el agua, que en Cuba se denomina pedraplén.
En el lugar se disfruta de varios complejos turísticos y hoteleros que hacen la estancia mucho más agradable, a la par de disfrutar de la naturaleza.
Las playas tienen una extensión excelente de aguas tornasoladas y arena fina. En algunos puntos la costa es sumamente baja y permite mucho el acceso de familias, sobre todo con sus niños.
Otras como Las Coloradas, donde radica el Hotel Sol Club, tienen un entorno virginal muy apropiado para el descanso o para quienes buscan un lugar ideal para apartarse.
Allí es de destacar Pilar en Cayo Guillermo, donde se aprecia un paisaje estupendo y de paso rinde homenaje al nombre del yate de Ernest Hemingway, quien apreció estos parajes en su justa medida.
La lista es larga, no solo las mencionadas, sino Santa Lucía en Camagüey; Guardalavaca, Bariay, Esmeralda y Pesquero, en Holguín; Marea del Portillo y Farallones en Granma: María Aguilar en la península Ancón (Trinidad); Sirena en Cayo Largo del Sur, Isla de la Juventud; o Daiquirí y Baconao en Santiago de Cuba.
Playas que mucho tienen que mostrar, no solo en los cálidos veranos, sino en cualquier época del año, debido al benéfico clima de Cuba.
Playas cubanas, un viaje insospechado
Por Roberto F. Campos