Todo poder es una conspiración permanente
Honoré de Balzac
La carrera por las once alcaldías quintanarroenses que estarán en disputa ya comenzó, los aspirantes han iniciado sus escarceos públicos y aunque estarán en disputa más de un centenar de cargos públicos –considerando las regidurías, diputaciones federales y senadurías-, al gobernador Carlos Joaquín González se le presenta un complicado escenario para la selección de los candidatos, pues su decisión no estará necesariamente constreñida a los dos partidos que lo llevaron al cargo, sino incluso aquellos como el Partido Revolucionario Institucional (PRI), que en su momento intentaron imposibilitarle su llegada al cargo.
El objetivo claro para el mandatario es no sólo retener las alcaldías que actualmente tienen actores políticos cercanos, como Othón P. Blanco, Solidaridad y Cozumel, sino lograr el triunfo en Benito Juárez –y más esto último que lo primero, of course-; pero el problema estriba en que existen en los municipios más de un “allegado” que también quiere candidatura; el ejemplo más claro es el municipio de Solidaridad, donde habrá que definir si se reelige Cristina Torres Gómez, si va el tesorero, Asunción Ramírez Castillo; si le “cumplen” al diputado Juan Carlos Pereyra Escudero; o incluso si se apoya la candidatura de Gabriel Mendicuti Loría por el Partido Acción Nacional (PAN); o por Morena la de José Luis Toledo Medina.
Y es que los acuerdos políticos con el PAN y el Partido de la Revolución Democrática (PRD), se mantendrán, pero en la selección de candidatos debe cuidarse además la gobernabilidad en instancias como el Congreso del Estado, eso suma una nueva complicación al proceso, pues queda claro que en municipios como Bacalar el actual alcalde y militante de Nueva Alianza, Alexander Zetina Aguiluz, no permanecería en el cargo, pues es parte de la generación “Borge”, pero entregarle la candidatura a Javier Padilla Balam, implicaría que su suplente, Israel Hernández Radilla, dirigente del Partido Verde Ecologista (PVEM) descompondría la mayoría legislativa en favor del PRI, por ello no se descarta el apoyo “desde el poder” para un candidato perredista en ese municipio.
Por lo anterior, los aliancistas han comenzado a impulsar personajes como el actual oficial mayor del gobierno, Manuel Alamilla Ceballos, pero tendría que ser por el municipio capitalino de Othón P. Blanco –y una vez que este “redefina” su reconocida militancia priísta-, pero eso implicaría que no se reelija al actual alcalde, Luis Torres Llanes, quien iría a la diputación federal, pero también dejar de lado al político más avanzado, con mayor posibilidad de triunfo en la capital, Fernando Zelaya Espinosa, quien además es el actual dirigente del PAN en el municipio y el que obtuvo como legislador proporcionalmente la mayor cantidad de votos en el proceso electoral 2016.
Por ello deberá cuidarse también el equilibrio en el gabinete estatal, pues en tres municipios hay fuerte influencia de tres secretarios diferentes: en Isla Mujeres Alicia Ricalde Magaña, directora de la Administración Portuaria Integral; José María Morelos, el actual secretario de Desarrollo Agropecuario, Pedro Pérez Díaz; y Tulum, con el titular de la Secretaría de Infraestructura y Transporte, Jorge Portilla Manica, habrá que cuidar también la definición de estas candidaturas.
Como se ve, la decisión no es sencilla, pero el análisis ya inició, y quienes aspiren deberán demostrar valía más allá del afecto, pues lo que está en riesgo en el primer proceso electoral en el joaquinismo es mucho más que la imagen, y tiene que ver con el mantenimiento del poder; así se observa desde aquí, A Tiro de Piedra. Nos leemos en la próxima.