Por Guillermo Robles Ramírez
La misma actividad diaria de la gente hace que la vida se convierta en cotidiano, cegándonos de lo que hay enfrente de nosotros. Podemos pasar diariamente por el mismo camino ya sea en cualquier transporte o caminando sin voltear a ver que existen ciertos comercios que tienen trabajando ya mucho tiempo.
Lo mismo sucede con muchas instituciones de gobierno que ni siquiera están escondidos en calles que no hay mucha circulación, sino todo lo contrario se encuentran ubicados en avenidas principales, pero pasan desapercibidos.
Pero como todo en la vida cuando algo o alguien no se requiere en su momento nadie los ve, y así sucede con esos negocios o instituciones gubernamentales, pero no por eso no significa que no existan o que no estén haciendo su trabajo.
Solo por mencionar un ejemplo rápidamente ahí está la Cruz Roja, en donde todo mundo sabe que existe, pero solamente son recordados cuando se requiere y en su campaña de cooperación que año con año hacen a nivel nacional. Pero la mayoría de la gente nunca sabe en donde están ubicados hasta que no se presente la necesidad de solicitar sus servicios.
Pero un mayor ejemplo de ello que ni siquiera hacen una campaña para ellos mismos durante todo el año y que siempre está al servicio de la gente, pero la gente solo se acuerda de ellos cuando existe una necesidad es la Procuraduría Federal del consumidor conocido por sus siglas PROFECO.
Así esta institución de gobierno federal siempre ha sido vista como a los nopales, es decir, la gente nunca voltea a verlos hasta cuando tiene su fruto que es la tuna.
La PROFECO, son de las pocas instituciones de gobierno que trabajan sin buscar un interés propio y de manera objetiva. Su imparcialidad siempre estará sujeto en la búsqueda de la negociación entre un prestador de servicio y la inconformidad de un cliente.
Y muy a pesar de las carencias, limitaciones y bajo presupuesto que la federación le ha otorgado o simplemente el atraso de los recursos económicos, no es pretexto para tomar una actitud revanchista y negatividad laboral.
Antes de que llegará la administración de Felipe Calderón de alguna u otra manera exgobernadores de Coahuila estiraban un poco su propio presupuesto para asignarles una partida del cual no estaban obligados, pero esa partida adicional a la federal se les entregaba a PROFECO para que pudieran desempeñar mejor sus actividades, y posiblemente eran cosas sencillas o de igual manera cualquiera pudiera considerarlas hasta cierto punto bobas, pero les daba el confort necesario para trabajar o sacar adelante el trabajo.
Sin embargo, actualmente PROFECO de Coahuila, quien está a cargo el Lic. Sigfrido Macías Pérez, ha logrado gestionar con las autoridades de la federación los recursos necesarios para poder desempeñar de la mejor manera posible la demanda de los mismos ciudadanos.
Pero no quedando solamente en eso sino durante todo este tiempo en el que el lagunero ha estado al frente como delegado de PROFECO de Coahuila, se ha visto su presencia con la visita de establecimientos o centros comerciales en la que sus sellos ha sido una huella de trabajo porque son señalados los errores administrativos.
Conforme a lo que marca la Ley Federal del Consumidor, estos negocios que inclusive son cadenas consideradas como empresas de monopolio por su cobertura nacional de consumidores no se escapan de dichas observaciones como pueden ser la exhibición de precios ante el público, esto solo por mencionar una de las muchas otras observaciones hechas por PROFECO, y sin llegar a la clausura solamente se les pone unos sellos bastantes grandes y dejándolos a que corrijan la falta administrativa o de lo contrario ante el incumplimiento viene el cierre total.
Nunca antes se había visto el trabajo de PROFECO o al menos en nuestra entidad, pero eso es solamente una muestra de que cuando alguien realmente tiene ganas de servir a la ciudadanía le echa los kilos y busca la manera de gestionar recursos para sacar adelante el trabajo. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013) www.intersip.org