Por Alberto Aranda / N22
La secretaria de Cultura, María Cristina García Cepeda, acompañada de los titulares del INAH e INBA, hizo entrega de la escultura ecuestre de Carlos IV, mejor conocida como El Caballito, al gobierno de la Ciudad de México. Después de una fallida restauración, esta pieza fue intervenida por expertos del INBA, el INAH, la UNAM, el Politécnico y otras instituciones.
La coordinadora nacional de conservación del Patrimonio Cultural del INAH, Liliana Giorguli, señaló que en la pieza se encontró un 45% de afectación de la superficie metálica y el deterioro propio de 214 años de desgaste, “ante ello nuestras acciones en la escultura se dedicaron a hacerle una estabilización química de la parte metálica afectada, hacer la valoración y retiro de muchos de los materiales que eran del siglo XIX, que le fueron aplicados, rescatar la capa pictórica original y luego concluir con los tratamientos integrales y formales de la pieza a través de recubrimientos pictóricos”.
La escultura permaneció cubierta desde septiembre de 2013. Tras meses de análisis, estudios y restauración para corregir los daños ocasionados por una mala intervención, hoy la escultura se encuentra segura. El costo directo fue de 7 millones 100 mil pesos, aportados, en su mayoría, por el gobierno de la Ciudad de México.
El director del INAH, Diego Prieto, mencionó que esta institución se ha dedicado fundamentalmente a restituir la pieza, como ustedes la verán al salir a la plaza Tolsá […] Hay una denuncia penal, por supuesto, y supongo que tenemos derecho a la información y podemos pedirle la información para que nos indiquen en qué estado se encuentra el expediente de la averiguación previa.”
Sobre este tema, el titular del INAH afirmó que la investigación se encuentra en proceso, “el INAH hace denuncias que corresponden a delitos o presuntos delitos al daño al patrimonio arqueológico o histórico del país y una vez que la hace es la agencia investigadora del Ministerio Público Federal quien se encarga de la investigación, y el INAH es una instancia coadyuvante. Cada vez que la agencia investigadora nos pide informes, cada vez que nos pide documentos, cada vez que nos pide dictámenes o peritajes, se los damos, pero nosotros no hacemos la investigación”.
Desde hoy, la escultura contará con una nueva iluminación y un manual para futuras intervenciones, esto como resultado de los trabajos que se realizaron. “En una sociedad compleja siempre habrá diferencias, siempre habrá problemas, pero yo siento que la lección que nos deja la experiencia de hoy y de los últimos días, también es que si hay que intervenir patrimonio histórico o arqueológico incorporen al INAH. Creo que el INAH es una institución prestigiada, una institución sin la cual pueden resultar accidentes como este que ahora se ha podido subsanar”, finalizó Prieto.