Por Guillermo Robles Ramírez
No se sabe realmente si fue buena o mala la medida tomada por la Cofepris, sobre sancionar aquellos negocios que vendieran antibióticos sin receta médica. Solamente ellos sabían cuál fue la justificación para hacerlo, pero realmente nunca se dejó de vender antibiótico porque la gente y sobre todo el mexicano que se caracteriza por ser tan creativo, encontró una manera para conseguir sus antibióticos.
Existen dos cosas que sí fueron seguros con esta medida; la primera fue que aumentó el tráfico de fármacos ilegales en especifico los antibióticos y la otra es que en la actualidad para quienes no fue negocio son para las farmacias porque tuvieron una baja en sus ventas de antibióticos.
Tan así fue su baja que los primeros en hacer algo al respecto fueron aquellas farmacias que se anuncian con una botarga de un doctor en las que de manera improvisada instalaron un consultorio para así poder extender la receta con el antibiótico.
También otros que sintieron este golpe sobre la prohibición de ciertos medicamentos sin receta médica, fue sin lugar en duda, el sector popular el cual no cuenta con la solvencia económica para pagar a un doctor privado para que le dé una receta médica. Obvio que la ley de la oferta y la demanda no se dejó esperar ya que ahora las consultas médicas elevaron sus honorarios, hasta por los cielos en donde el particular puede cobrar por una simple consulta hasta mil quinientos pesos de honorarios.
Es así que dejó a este sector de la población en una situación más vulnerable y desprotegida porque el Seguro Social no tiene la capacidad en personal médica, tampoco medicamentos suficientes y la rapidez para poder solventar este problema y no olvidemos que no toda la población cuenta con seguro social; porque gran cantidad de la población se encuentra desempleada.
Claro está que como el ingenio mexicano es tan popular en nuestro país, y aquellos que se vean imposibilitados de pagar los honorarios de un médico, tendrán que recurrir a la medicina alternativa, y sus derivaciones o similares, que no faltaran los charlatanes como hierberos, brujos, brujas, chamanes, etc., y negocios que vendan medicamentos alternativos de dudosa procedencia o medicamentos milagrosos.
Para el gobierno mexicano ya está cumplida una medida que es evitar la automedicación y tal parece que en México nada más existe la cultura de que por medio de una pastilla soluciona las enfermedades, olvidándose que los antibióticos no son los únicos medicamentos que tienen consecuencias secundarias; cuando en el fondo se debería de trabajar en la cultura de la prevención de enfermedades, y campañas permanentes para que enfermedades que pueden llegar a ser pandemias como el virus de la influenza y el AH1N1 o sus derivados; no ataque los sectores más vulnerables.
Existen muchísimas enfermedades a las cuales no hay una cultura de prevención como también el virus del papiloma humano, el cáncer de próstata; todas aquellas que son consideradas como muertes silenciosas. Les falta mucho por hacer a las autoridades del sector salud, como a nuestros representantes del legislativo. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013) www.intersip.org