Washington, 4 jul (PL) Mount Vernon, el lugar donde se encuentran los restos del primer presidente norteamericano, se convirtió nuevamente hoy en el sitio escogido por miles de personas para celebrar el Día de la Independencia en Estados Unidos.
La finca, ubicada en el estado de Virginia, cerca de esta capital, donde George Washington residió hasta su muerte en 1799, fue escenario en sus diferentes espacios de escenificaciones de la guerra de las 13 colonias, bandas de música y fuegos artificiales diurnos.
«Todos los que estamos aquí amamos la historia», explicó a Prensa Latina uno de los numerosos voluntarios que durante la jornada se dedicó a realizar reconstrucciones militares y a explicar a los asistentes los uniformes y armas empleados por los hombres enrolados en aquella contienda fundacional.
Este 4 de julio el país conmemora el 241 aniversario de su Declaración de Independencia, en la cual los delegados de las 13 colonias, reunidos en Filadelfia, se proclamaron soberanos, decretaron su emancipación de Gran Bretaña y acordaron el nacimiento de un nuevo país, Estados Unidos.
La fecha constituye anualmente motivo de los festejos más diversos en grandes urbes o pueblos más pequeños de esta nación, y Mount Vernon es uno de los espacios donde, de acuerdo con quienes colaboran con el lugar, se percibe más el espíritu de la efeméride.
Un actor que respondió al nombre de soldado Wilson comentó que las representaciones históricas de esta jornada solo las realizan en otras fechas del año como el Día de los caídos, en mayo, y resaltó que quienes se disfrazan son voluntarios atraídos por la época histórica.
Esta etapa me apasiona mucho, y creo importante recordar de dónde venimos, porque en ocasiones parece que se nos va olvidando, comentó mientras portaba un mosquete «que le arrebatamos a los ingleses», aunque «otros en el regimiento tienen armas de nuestros aliados franceses».
Diálogos de ese tipo fueron frecuentes entre hombres, mujeres y niños vestidos con las ropas empleadas durante la contienda independentista en el siglo XVIII, entre ellos el propio general Washington y su esposa Martha, los anfitriones de la celebración.
Como si hubiera estado en plena campaña, el primer presidente norteamericano (1789-1797) pasó inspección a sus tropas, y luego ante sus militares y el público congregado invitó a «escuchar atentamente, porque están presenciando la historia».
A su vez, Benjamin Franklin, quien junto al general y otras figuras como Thomas Jefferson y Alexander Hamilton es considerado padre fundador de la nación, leyó el texto de la Declaración de Independencia.
Washington también hizo su aparición en una ceremonia en la que 100 inmigrantes de 44 países recibieron su nacionalidad estadounidense y pronunciaron el juramente con el cual se convierten en ciudadanos de este país.
Tal evento fue uno de las 65 actividades de ese tipo realizadas en todo el territorio norteamericano para otorgar la ciudadanía a 15 mil personas, según explicaron en el acto funcionarios de los Servicios de Inmigración y Control de Aduanas.
Otro momento importante fue la colocación de una ofrenda ante la tumba de Washington y Martha, un momento cargado de respeto en el cual los asistentes también pusieron flores al padre de la nación.
En los espacios que iban desde la mansión de la finca hasta el establo, el lavadero, el almacén o la cocina, el visitante encontraba a soldados apostados con sus armas, mujeres dedicadas a las tareas hogareñas, niños que imitaban los combates de sus mayores con palos como espadas.
«¿Papá, qué es eso?, preguntó una pequeña curiosa cerca de un montón de carbón, luego de mirar con detenimiento algunas herramientas ubicadas dentro del establo, y mientras su progenitor le explicaba sus usos, otros niños interrogaban a sus mayores sobre temas similares.
Muchos de los presentes llevaban entre sus prendas de vestir imágenes de la bandera estadounidense o combinaciones en los colores rojo, blanco y azul de la insignia, que para la efeméride se coloca en viviendas, lugares públicos, e incluso en decoraciones de pasteles.
Además del contenido histórico de la celebración en Mount Vernon, el principal atractivo fueron los fuegos artificiales diurnos que se lanzaron sobre el río Potomac.
Los espectáculos de pirotecnia son, de hecho, los grandes protagonistas de los festejos del 4 de julio, un día de reuniones familiares, barbacoas, juegos deportivos, picnics y viajes a la playa.
Para algunos, tales actividades son solo un modo de esparcimiento; para otros, como los que dedican su tiempo a disfrazarse en honor a la historia y sus protagonistas, es una forma de no olvidar los orígenes.
EE.UU. y el 4 de julio, celebración de los orígenes
Por Martha Andrés Román