Londres, 16 jul (PL) El suizo Roger Federer alzó hoy por octava ocasión el trofeo de Wimbledon, al vencer en la final por 6-3, 6-1 y 6-4 al croata Marin Cilic, para convertirse así en el máximo ganador de este Grand Slam, fundado en 1877.
Su Majestad estuvo impecable durante toda la justa y logró coronarse sin perder un set, una hazaña que solo había sido labrada por el legendario sueco Björn Borg, en 1976.
Para el jugador helvético, exnúmero uno del ranking mundial y para muchos el mejor tenista de siempre, esta representó su octava corona sobre el césped sagrado de Wimbledon y la decimonovena en torneos de Grand Slam, líder de todos los tiempos en ambos casos.
De esa manera, dejó atrás al británico William Renshaw y al estadounidense Pete Sampras, quienes conquistaron en siete ocasiones el trofeo de este añejo certamen de la capital británica.
Federer atesora las coronas de 2003, 2004, 2005, 2006, 2007, 2009, 2012 y 2017, disputadas todas en el All England Lawn Tennis and Croquet Club de Londres.
Solo una hora y 41 minutos necesitó para aplastar a Cilic, quien afrontó este partido lesionado en el pie izquierdo y llegó hasta el final con orgullo y gallardía pese a verse incapacitado de mostrar su mejor juego.
Federer se convirtió así en el jugador más veterano en ganar el cetro de Wimbledon con 35 años y 342 días.
Asimismo, sumó su segundo título de Grand Slam esta temporada, tras superar hace unos meses al español Rafael Nadal en la final del Abierto de Australia.
Hasta ahora, el tenista suizo suma cinco títulos en 2017 al imponerse en Melbourne, en los Masters 1000 de Indian Wells y Miami, en Halle y ahora este Wimbledon. En total, exhibe un palmarés de 93 cetros en torneos de primer nivel mundial.
A modo de curiosidad, todas las veces que Federer ganó en Australia y en Wimbledon en una misma temporada, también logró imponerse en el Abierto de Estados Unidos, cuarto y último Grand Slam de la temporada.
Con este triunfo de hoy, aseguró amanecer mañana en el tercer escaño del ranking mundial, solo por detrás del británico Andy Murray y de Nadal.
La leyenda continúa.