Muchos jueces son incorruptibles, nadie puede inducirlos a hacer justicia
Bertolt Brecht
Aunque complementarios, la seguridad no es lo mismo que la impartición de justicia, la primera es responsabilidad directa de las corporaciones policiacas, la segunda del Poder Judicial y en Quintana Roo es claro que el rezago es enorme, pero justo es colocar las “culpas” en donde se debe, para identificar las carencias específicas y los avances reales.
El discurso oficial suele ser de autoalabanza, de reconocer culpas sin hacer compromisos específicos y hasta se “maquillan” cifras o se interpretan a modo las estadísticas para hablar de un panorama que no necesariamente concuerda con la realidad de los “ciudadanos de a pie”, por eso es que la desconfianza para con las autoridades es alta y la llamada “cifra negra”, es decir los delitos que no se denuncian, es mucho más elevada que las denuncias efectivas. Sí, pero de eso a decir que nada se hace también hay mucha distancia.
Por ejemplo, en Quintana Roo, la seguridad es un tema latente, en este espacio el escribiente ha recalcado que será, sin duda, la principal tarea a atender en el sexenio de Carlos Joaquín González, y a pesar de que municipios como Benito Juárez y Solidaridad parecen convulsos con hechos criminales que ocurren un día sí, y el otro también; organizaciones nacionales como Semáforo Delictivo muestran que mejoró –con respecto a sus propias mediciones anteriores- en algunos delitos de alto impacto que en el pasado reciente impactaban directamente a la ciudadanía como el robo a casa habitación, extorsión y secuestro (la última medición disponible es junio 2017, por lo que la calificación de este último rubro se modificará, con los secuestros cometidos en el sur quintanarroense).
De los estados de la Península, Yucatán es el mejor calificado, pues sólo presenta focos rojos en robo de vehículos y en todos los demás rubros medidos mejoró, también lo tiene Quintana Roo, además de robo a negocios y homicidios, esta última problemática que ha empeorado mes a mes, desde enero de 2017; y en el último lugar aparece Campeche, que además tiene semáforo rojo en violaciones.
Pero si las cifras muestran mejoría ¿qué falta? De entrada mejorar en la percepción y eso se logra, en parte, destacando lo que sí se avanza, pero además falta mejorar la impartición de justicia, es decir, que los criminales detenidos sean sentenciados a la pena que merezcan, y aquí vale recordar que el 80 por ciento de los reos de las cárceles de Quintana Roo no han sido sentenciados, el rezago es brutal; ante ello, el nuevo magistrado presidente del Tribunal Superior de Justicia, Antonio León Ruiz, reiteró recientemente en una reunión con integrantes de la asociación civil Periodistas del Caribe, que en dos semanas más presentará su plan de trabajo. Esa es una de sus tareas pendientes. Veremos.
No es una tarea no es sencilla, pues si las corporaciones policiacas mexicanas, por su ineficiencia, se encuentran en el lugar 118 de 127 en el Índice Mundial de Policía y Seguridad Interna, que en Quintana Roo haya además un déficit de unos 500 elementos en esas agrupaciones agrava la situación, pero eso es producto de un olvido de más de once años por malos gobiernos, de ahí la urgencia de mejorar en la labor emprendida, pero también de reconocer los avances reales.
Por último, faltará ver las consecuencias –positivas y negativas- de las detenciones realizadas a integrantes del crimen organizado, para ver la manera en que se refleja en las mediciones realizadas, pero sobre todo en la percepción de la ciudadanía, pues tan malo era el panorama, que se acostumbró tan sólo a malas noticias, por ello las buenas las recibe aun con desconfianza. Ojalá algún día nos acostumbremos a las buenas, si es que existen más; así se observa desde aquí A Tiro de Piedra.