Washington, 9 oct (PL) El destino de 700 mil jóvenes indocumentados conocidos como «dreamers» (soñadores) en Estados Unidos depende hoy de que el Congreso adopte fuertes medidas de inmigración exigidas por la Casa Blanca a cambio de cualquier acuerdo para protegerlos.
La administración de Donald Trump entregó anoche al legislativo una larga lista de demandas que deberán cumplirse antes de alcanzar un pacto sobre los hasta ahora beneficiarios del programa Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA).
A principios del mes pasado el gobernante republicano decidió el fin de ese mecanismo, puesto en vigor en 2012 por la administración de Barack Obama (2009-2017), y dio seis meses de plazo al Congreso para tratar de buscar una alternativa a la situación de esos jóvenes.
Pero, según lo difundido este domingo, antes de permitir el otorgamiento de un estatus legal a los traídos a Estados Unidos cuando eran niños, Trump insistirá en conseguir financiamiento para su polémico muro en la frontera con México y la contratación de otros 10 mil agentes de inmigración.
Las exigencias también incluyen negar fondos federales a las llamadas ciudades santuario, mayores recursos para perseguir a los inmigrantes indocumentados, leyes más estrictas para los solicitantes de asilo y el endurecimiento de la frontera para impedir la entrada de niños centroamericanos.
Además, buscan cambiar el sistema de inmigración legal de Estados Unidos, que actualmente prioriza las conexiones familiares, por uno basado en el mérito de los solicitantes.
«Sin estas reformas, continuarán la inmigración ilegal y la migración en cadena, que grave e injustamente imponen una carga a los trabajadores y contribuyentes estadounidenses», expresó Trump en una carta al Congreso.
Tales demandas fueron rápidamente denunciadas por dirigentes demócratas del Capitolio que esperaban alcanzar un acuerdo con el presidente para proteger a los «soñadores».
El mes pasado el mandatario se entrevistó con el líder de la minoría en el Senado, Charles Schumer, y la de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, con quienes acordó tratar de llegar a un pacto en la materia.
La reunión provocó revuelo entre muchos miembros del Partido Republicano, al pensar que Trump podría apoyar un proyecto que permitiera a esos jóvenes obtener un estatus legal sin pedir rigurosas medidas de seguridad en la frontera.
Sin embargo, las solicitudes realizadas anoche representan un gran endurecimiento de las leyes de inmigración y confirman los criterios expresados por muchas fuentes tras el anuncio del fin del DACA.
Cuando el gobierno federal dio a conocer la decisión de eliminar el mecanismo, diversos medios y analistas advirtieron que la administración trataría de canjear la protección a los soñadores por el apoyo al muro fronterizo y otras rigurosas normas.