México, 16 oct (PL) La trata de personas en México se extendió a las comunidades indígenas, cuyas mujeres son llevadas desde el sur a otras regiones y utilizadas como esclavas sexuales por el crimen organizado para el transporte de drogas.
Así lo consigna hoy el informe Trata de Personas en México, una mirada desde las organizaciones de la sociedad civil, presentado en el Senado por la agrupación Hispanics In Philantropy (HIP), cuyos investigadores entrevistaron a 70 asociaciones civiles mexicanas.
La investigación afirma que la trata de personas se relaciona con los feminicidios, la desaparición de niñas, jóvenes, mujeres y hombres, y llegó a la industria de la construcción mediante la explotación laboral.
Francisco Jesús Gómez, consultor de HIP, detalló que para la realización del informe se dividió al país en cuatro regiones: norte, sur, centro y El Bajío (región histórico y cultural que comprende parte de los estados de Aguascalientes, Jalisco, Guanajuato y Querétaro).
Denunció que en el norte el crimen organizado capta personas, generalmente migrantes nacionales y centroamericanos, indígenas mujeres y hombres para fines delictivos, entre los que destacan la siembra de drogas en Chihuahua, Tamaulipas, Sinaloa, Baja California y Coahuila.
En San Quintín, Baja California, existen situaciones de explotación y probablemente trata con fines de trabajo forzado o servidumbre, realidad que también se ubica en Sonora, Sinaloa y Baja California Sur, apuntó el experto.
Consignó la explotación sexual y prostitución forzada por los numerosos casos de violencia y feminicidios, además de que es recurrente la venta de personas con fines de explotación sexual por parte de sus parejas e incluso padres.