Olive, primer largometraje filmado con celular, se estrenó a finales del 2011, en Los Ángeles. Fue grabada con un teléfono multifunción Nokia N8 que tiene una cámara integrada de alta resolución, se le adaptó un lente de 35mm para obtener una mayor profundidad de campo. Después de ésta, otras producciones han utilizado esta herramienta, Tangerine (2015), de Sean S. Baker, también fue filmada en su totalidad con un iPhone 5, recibiendo buenas críticas en el Festival de Sundance. Aquí, Baker utilizó lentes especiales y la aplicación Film Pro.
Para Hooman Khalili, director de Olive, el uso de esta herramienta no respondía a una moda sino a “contribuir a que una nueva generación de jóvenes cineastas pueda producir cine independiente sin la necesidad de grandes inversiones”. Otro de los filmes reconocidos en los que se ha implementado el uso de un teléfono inteligente es Searching for Sugar Man (2012), cuyo director, Malik Bendjelloul, declaró que terminó de grabar algunas escenas de ésta con ayuda de su iPhone 4s.
En estos días, durante el Festival Internacional de Cine de Morelia fue presentada Oso Polar, de Marcelo Tobar, primera cinta mexicana en ser filmada sólo con iPhone. Humberto Busto, quien protagoniza ésta, en entrevista con Julio López para la Agencia N22, destaca la particularidad de la herramienta asociada con el cine: “Es curioso cómo las cosas han ido cambiando en el transcurso de los últimos años, Oso Polar es la primera película 100% profesional hecha con iPhones en México.”
“Sabíamos desde un principio que iba a ocasionar cierta polémica tanto por las cuestiones técnicas como por el morbo que también le ocasiona a la gente y por el prejuicio que existe de si vas a hacer una película con iPhones entonces vas a hacer una película con cero rigor de guion, de actuación y de dirección, y que vas a agarrar tu ‘camarita’ y te vas a poner a grabar.”
Oso Polar, una especie de thriller psicológico, desarrolla la historia de un reencuentro entre ex compañeros de infancia en donde la violencia de clase, verbal y física que existía desde aquellos años y que Heriberto (Humberto Busto) creía desaparecida. En un viaje por la ciudad, aquellas conductas van apareciendo paulatinamente hasta que a el protagonista le resulta imposible ignorarlas como en el pasado.
“Es un personaje que de alguna manera va manejando sutilmente una especie de psicosis a punto de explosión y que piensa que al crecer y reencontrarse con aquellos compañeros que lo molestaban la situación no se repetirá pues ya son adultos […] Es un personaje que ha estado tratando de buscar su lugar en el mundo y que se siente solo en ese contexto”. Un filme sobre el bullying y sus efectos en la edad adulta.
Sobre el formato en que fue grabada esta cinta, Busto señala que el que ésta haya sido aceptada e integrada a la selección oficial del FICM puede tomarse como el “punto de partida de cambios a futuro” pues, “al mismo tiempo, está la idea de que se democratice el cine y que alguien que no tiene los recursos para conseguir una cámara de pronto tenga la posibilidad de tener un software, lentes determinados, un fotógrafo que se pone a indagar en la herramienta específica del iPhone y que a través de éste pueda hacer una película”.
Con información de Julio López. / N22