Ginebra, 20 nov (PL) Alrededor de 152 millones de niños son víctimas del trabajo infantil en el mundo, cifra para remarcar con especial fuerza hoy, Día Internacional de la Infancia.
Para este día, instituido por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1956, se acordó que cada país debería promover actividades que involucrasen de manera directa a los más pequeños de cada casa.
Sin embargo, especialistas coinciden en que queda mucho que hacer por los menores e insisten en la necesidad de acelerar los esfuerzos destinados a terminar con el trabajo infantil de aquí a 2025 y el trabajo forzoso para 2030 en todas las regiones del planeta, así como para generar mayores oportunidades de empleo decente para los jóvenes.
«Nosotros sabemos lo que hay que hacer, y no hay excusas para no hacerlo», advirtió el director general de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), Guy Ryder, durante un evento mundial sobre el tema que tuvo lugar recientemente en Argentina.
Tenemos el deber de asegurar un futuro del trabajo en el cual no haya trabajo infantil ni trabajo forzoso», enfatizó.
La «Declaración de Buenos Aires» recordó que 25 millones de personas siguen siendo objeto de trabajo forzoso, entre ellos cuatro millones de niños. En todo el mundo al menos 71 millones de jóvenes están desempleados.
«El trabajo infantil, especialmente en sus peores formas, y el trabajo forzoso, son graves violaciones y abusos de los derechos humanos y de la dignidad humana», dice la Declaración, y agrega que «son tanto causas como consecuencias de la pobreza, la desigualdad, la discriminación, la exclusión social y la falta de acceso a la educación».
El documento recoge la necesidad de «atender el interés superior de los niños, las niñas y los adolescentes», contiene el compromiso de respetar los derechos humanos y los principios y derechos fundamentales en el trabajo, y destaca la necesidad de recurrir al diálogo social tripartito y a políticas nacionales coherentes y coordinadas que generen trabajo decente.
Las acciones, que abarcan la mayor parte de la Declaración, están divididas en tres áreas: política y gobernanza; conocimientos, datos y supervisión; y alianzas e innovación.
En tal sentido, consideran esencial ratificar los compromisos internacionales de erradicar el trabajo infantil para 2025 y el trabajo forzoso para 2030, tal como lo plantean la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.
Casi la mitad de los 152 millones de niños víctimas del trabajo infantil tienen entre cinco y 11 años, según datos de la OIT.
Cerca de la mitad de ese total (72 millones) se concentra en África; 62 millones en Asia y el Pacífico; 10,7 millones en las Américas; 1,1 millones en los Estados Árabes; y 5,5 millones en Europa y Asia Central.
Los niños corren más riesgos que las niñas de verse involucrados en ese tipo de actividad, pero esta apreciación puede deberse a que la labor de las niñas no siempre se declara, especialmente en el caso del trabajo infantil doméstico, acorde con especialistas de la Organización.
El trabajo infantil se concentra en primer lugar en la agricultura, que incluye la pesca, la silvicultura, la ganadería y la acuicultura. Los otros sectores son el de los servicios y el industrial, en particular la minería.